El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que los desacuerdos se pueden solucionar en democracia “con mutuo respeto y diálogo”, al inaugurar la Cumbre de las Américas en la noche del miércoles, boicoteada por varios dirigentes de la región por discrepancias con Washington.
La democracia “es el ingrediente esencial para el futuro”, afirmó el presidente en Los Ángeles, la ciudad que alberga la mayor comunidad hispana de Estados Unidos. “Nuestra región es grande y diversa. No siempre estamos de acuerdo en todo, pero en democracia abordamos nuestros desacuerdos con mutuo respeto y diálogo”, dijo.
Esta cumbre está marcada por el boicot de algunos jefes de Estado, en particular los de México, Guatemala, Bolivia y Honduras.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, reprocha a la Casa Blanca haber excluido a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, a los que Washington no ha invitado por considerar que incumplen los estándares democráticos.
Envió al canciller Marcelo Ebrard, quien dijo a sus homólogos que esta exclusión constituyó un “error estratégico” y que México quiere “refundar el orden interamericano”. “Es evidente que la OEA y su forma de actuar están agotados”, afirmó sobre la Organización de los Estados Americanos.
“La democracia es un sello distintivo de nuestra región” como recoge la Carta Democrática Interamericana, afirmó Biden durante la inauguración, en la que los protagonistas fueron niños y jóvenes que cantaron, bailaron y presentaron los países al público.
Biden siguió el espectáculo, animado pero sin el boato que cabría esperar en la meca del cine. Desde la primera fila estuvo acompañado por su esposa Jill, a su izquierda, y el presidente colombiano, Iván Duque, a su diestra.
El gobernante instó a los participantes, entre los que figuraban representantes de la sociedad civil y del mundo empresarial, a unirse “en torno a ideas audaces, acciones ambiciosas y demostrar a nuestra gente que el increíble poder de las democracias brinda beneficios concretos y mejora la vida de todos”.
“Ya no es solo la pregunta de ¿qué hará Estados Unidos por las Américas? La pregunta es qué podemos lograr trabajando juntos como verdaderos socios con capacidades diversas, pero con respeto mutuo e igualitario, reconociendo tanto nuestra soberanía individual como nuestras responsabilidades compartidas”, dijo.
Migración “segura y ordenada”
Durante el discurso hizo hincapié en el anuncio de una asociación de las Américas para la prosperidad económica con el fin de fomentar un crecimiento más inclusivo en la región, algo esencial, sobre todo después de la pandemia que se ha cebado con América Latina.
Mencionó asimismo la Declaración sobre migración que prevé adoptar el viernes, con un enfoque “innovador”, dijo, para gestionar el problema y compartir la responsabilidad.
“Representa un compromiso mutuo de invertir en soluciones regionales que mejoren la estabilidad” y “aumenten las oportunidades para una migración segura y ordenada”, además de tomar medidas contra el tráfico de personas.
El presidente demócrata intenta resolver la crisis migratoria que podría costarle el control del Congreso durante los comicios de noviembre.
Desde hace semanas unos 7,500 migrantes irregulares intentan cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, en su mayoría provenientes de los países centroamericanos, pero también de Haití, Venezuela y Cuba. Lo hacen en busca de una vida mejor y para huir de la pobreza y la violencia.
“Una migración segura y ordenada es buena para todas nuestras economías, incluida la de Estados Unidos. Puede ser un catalizador para el crecimiento sostenible, mientras que la migración irregular no es aceptable”, afirmó cuando una caravana de miles de migrantes avanza hacia el norte de México, rumbo a Estados Unidos.
El flujo migratorio también se debe a las consecuencias de la pandemia, que ha sumido en la pobreza a otros 22 millones de personas en tan solo un año, y a la “guerra brutal y no provocada” del presidente ruso, Vladimir Putin, contra Ucrania, que hace que a las familias les resulte más difícil llegar a fin de mes, afirmó el presidente, vestido con traje azul oscuro.
El presidente peruano, Pedro Castillo, deseó éxito a la cumbre y ofreció el apoyo de su país durante un discurso previo al de Biden, en calidad de anfitrión de la última reunión. Una intervención que terminó con la frase “América para los americanos”, que sintetiza la polémica doctrina Monroe.
Desde el lunes, cuando comenzó la cumbre, el gobierno estadounidense ha hecho varios anuncios para ganarse la confianza de los latinoamericanos.
Este miércoles anunció la creación de un Cuerpo de Salud de las Américas para mejorar la formación de 500,000 trabajadores sanitarios en la región, aprovechando las lecciones del COVID-19.
Además, propone una “reforma ambiciosa” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y quiere obtener una participación de capital en la entidad para invertir en la rama de préstamos del sector privado y “dirigirlos hacia donde tengan el mayor impacto”.
Antes dio a conocer inversiones privadas por US$ 1,900 millones para impulsar el empleo y contener la migración y una nueva “Red de Comunicación Digital” para luchar contra la desinformación en español en América Latina.
Reunión entre Biden y Bolsonaro
Biden aprovecha la cumbre para mantener encuentros bilaterales con dirigentes de la región, entre los que destaca el previsto el jueves con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, informó a los periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One que el tema electoral está en la agenda y que Biden hablará de “elecciones abiertas, libres, justas, transparentes y democráticas”.
Fervoroso aliado del expresidente Donald Trump, Bolsonaro puso en tela de juicio el resultado de las elecciones del 2020 que llevó al demócrata Biden al poder, tensando las relaciones entre Washington y Brasilia.