El debate sobre el aumento de los impuestos a las mineras en la mayor nación productora de cobre del mundo se está estancando por una disputa técnica, lo que impide llegar a un acuerdo que podría permitir miles de millones de dólares en inversiones.
En una sesión de la Comisión de Minería y Energía del Senado de Chile el miércoles, la evidencia presentada por el exdirector del Servicio de Impuestos Internos Michel Jorratt pareció estar más del lado de la opinión del Gobierno sobre la carga tributaria existente, pero ciertamente no puso fin al debate.
Eso representa un problema ya que las discusiones sobre el nivel en que se deberían fijar los impuestos se han visto complicadas por desacuerdos con respecto a la tasa actual, ya que el Gobierno estima que la tasa efectiva es del 33% y la industria dice que es más cercana al 40%.
Gran parte de la diferencia se explica por las distintas hipótesis sobre la cantidad de ganancias que se pagan en dividendos.
Hay mucho en juego.
Si el 33% es el punto de partida, la propuesta tributaria del Gobierno llevaría a Chile a los niveles de otras jurisdicciones rivales como Perú y Australia. Pero en base a los supuestos de la industria, los cambios llevarían la carga total hacia el 50% para algunos productores, lo que afectaría la competitividad de la industria local.
Aunque los representantes del Consejo Minero y de Sonami aplaudieron las recientes concesiones hechas por el Gobierno, advirtieron que la propuesta seguiría poniendo en riesgo miles de millones de dólares en inversiones para satisfacer la demanda mundial de los minerales necesarios para abandonar los combustibles fósiles.
El testimonio de Jorratt no ayudó mucho a la causa empresarial. Pero la industria puede encontrar consuelo en los comentarios finales de la senadora Loreto Carvajal, cuyo partido, el PPD, es parte de la coalición gobernante. Carvajal instó a las autoridades a revisar los cálculos para garantizar una tasa efectiva competitiva.