Pueden llegar a costar miles de euros en verdaderas bolsas de valores que se han extendido de Estados Unidos a China. Los zapatos deportivos que salen de lo común han dado lugar a un mercado multimillonario, entre la fiebre especulativa y la lucha contra las imitaciones.
A los inicios de los años 1990 este mercado estaba reservado a unos cuantos coleccionistas apasionados, pero la reventa de zapatillas deportivas en edición limitada ha estallado.
“Hace unos 10 años éramos unos cincuenta o cien en cada lanzamiento de un nuevo par. Ahora somos casi 10,000” sólo en Francia, afirma Julien Ojea, alias Larry Deadstock, uno de los principales revendedores francesas de zapatos de deporte en París.
Muestra de ello, los últimos Air Jordan, nacidos de una colaboración entre Nike y el rapero estadounidense Travis Scott, que llegó a las tiendas a mediados de octubre. Fueron vendidos a 250 euros a un puñado de personas elegidas al azar en una boutique parisina y unas horas después se revendían a más de 900 euros en la plataforma estadounidense StockX.
Frente a esta explosión del precio, para los falsificadores "la tentación es grande", admite Scott Cutler, que dirige esta "bolsa" para la reventa, valorada a más de US$ 1,000 millones.
Riesgo de especulación
StockX contempla ahora lanzarse en el mercado chino, en plena expansión.
La plataforma china de reventa Poizon tiene, por ejemplo, un volumen de negocios anual de 15,000 millones de yuanes (un poco más de 1,900 millones de euros), según la empresa especializada iiMedia Research.
Su popularidad es tal que la sucursal de Shanghái del banco central chino advirtió en octubre sobre el riesgo de una especulación excesiva. La ganancia de la reventa de un par de zapatillas particularmente codiciado puede alcanzar al 5,000%.
"El mercado de valores es arriesgado y el mercado inmobiliario está congelado, por lo que los inversores están recurriendo a la especulación con bienes de consumo", explica Zhang Yi, analista de iiMedia Resarch.
Es el caso de las "Air Jordan" de Nike, o las "Yeezy" de Adidas, con el rapero Kanye West.
Frente a estos montos, los operadores de estas "bolsas de zapatoz" son muy conscientes del riesgo de que modelos falsos se infiltren en su plataforma.
"Nuestra imagen depende de nuestra capacidad para mantener una relación de confianza con los compradores", dice Cutler, quien afirma que cada año identifica varios miles de modelos falsos.
StockX ha creado cinco oficinas de autenticación en Estados Unidos, Holanda y Reino Unido, donde cientos de empleados rastrean las imitaciones.
Identificar las imitaciones
Para identificar los productos falsos se verifican las cajas, las costuras, las etiquetas, la suela, los cordones y algunos detalles específicos de cada marca. A veces se comprueba incluso el olor del cuero y del plástico.
En China, Poizon y Nice, otra plataforma bien conocida, también emplean especialistas. Según el vicepresidente de Nice, Sun Qi, sólo el 0.01% de los modelos comercializados en su plataforma son copias.
En una muestra de que este comercio está en pleno auge, la compañía de inversión estadounidense Cowen escribió recientemente una nota al respecto, que fue publicada en los medios de comunicación estadounidenses, afirmando que podría representar US$ 6,000 millones en el 2025 en Norteamérica, frente a US$ 2,000 millones actualmente.
En Francia, la plataforma de ventas Rakuten explica que recibe visitas de "grandes marcas" que comparten secretos de fabricación para identificar mejor los productos falsos.
Las imitaciones son también alentadas en última instancia por algunos consumidores. “A algunas personas no les importa usar imitaciones y otras no saben diferenciarlas”, dice Tex Lacroix, un coleccionista y ex consultor de Nike.