La terapia celular CAR-T es cada día más usada contra los cánceres de la sangre y un equipo ha probado ahora, con ratones, una adaptación para tratar además tumores sólidos, un avance que podría transformar el tratamiento de esa enfermedad.
Investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York encabezan un estudio que publica Science Advances en el que se describe esa nueva versión.
La terapia celular CAR-T, que potencia el sistema inmunitario para identificar y atacar las células cancerosas, ha revolucionado el tratamiento de los cánceres de la sangre, como la leucemia y el linfoma.
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Sin embargo, no ha funcionado bien contra los tumores sólidos, por lo que el equipo, liderado por Xingxing Zang, introdujo cambios a esa terapia estándar para potenciar su eficacia contra cánceres como el de páncreas y los glioblastomas.
Cinco adaptaciones
En concreto, crearon cinco adaptaciones que probaron en ratones implantados con varios tipos de tumores humanos sólidos. Una de ellas, denominada TOP CAR, demostró ser superior en la reducción segura y eficaz no solo de tumores de glioblastoma y páncreas, sino también de tumores de cáncer de pulmón.
La terapia celular CAR-T, abreviatura de terapia celular con receptores de antígenos quiméricos (CAR)-T, transforma las células T (un tipo de célula inmunitaria) en buscadores de cáncer programados para atacar al contacto.
Las células T del paciente se extraen y modifican genéticamente para expresar receptores CAR sintéticos, los cuales pueden reconocer proteínas específicas, conocidas como antígenos, que sobresalen de las células cancerosas.
Las células T manipuladas y vueltas a infundir en el paciente pueden, gracias a sus nuevos CAR, localizar las células cancerosas y atacarlas.
Los CAR contienen cuatro proteínas clave y en el nuevo estudio el equipo logró éxito contra tumores sólidos alterando dos de ellas, explicó en un comunicado la Facultad de Medicina Albert Einstein.
Las cinco adaptaciones desarrolladas por el equipo utilizaron la misma proteína diana novedosa, un anticuerpo monoclonal que se une a B7-H3, un antígeno de las células cancerosas ampliamente expresado en la mayoría de los tumores sólidos y sus vasos sanguíneos.
El objetivo es que los CAR no solo adhirieran células T a tumores sólidos, sino que también, al unirse específicamente a B7-H3, impidan que este interfiriera en la capacidad de las células T para atacar y destruir las células cancerosas y sus vasos sanguíneos.
Además, los CAR también debían incluir una proteína coestimuladora que ayudara a activar las células T una vez que entran en contacto con las células cancerosas.
La terapia TOP CAR usa como coestimulador una proteína que no se había probado en CAR-T, se trata de la TMIGD2, que podía dar a las células CAR-T “el impulso de activación que necesitan para alcanzar las células cancerosas y persistir dentro de los tumores sólidos”, explicó Zang.
Sobrevivieron siete de cada nueve ratones
La terapia CAR-T con TOP CAR (CAR de potencia /persistencia optimizada TMIGD2) demostró ser la mejor para mantener con vida a ratones con tumores de páncreas, pulmón y glioblastoma.
El tratamiento permitió sobrevivir a siete de cada nueve ratones con tumores de glioblastoma, frente a una supervivencia máxima de tres de cada nueve ratones lograda por cualquiera de las otras terapias CAR-T, y fue superior en cuanto a parámetros clave de eficacia y seguridad.
Zang quiere seguir desarrollando TOP CAR hasta convertirla en una plataforma “lista para usar” que pueda dirigirse simultáneamente contra B7-H3 y otros antígenos tumorales, la cual pueda adaptarse fácilmente al tratamiento de muchos tipos distintos de tumores sólidos.