La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha observado que el nuevo virus del COVID-19 detectado en tres países europeos - Francia, Países Bajos y Dinamarca-, que combina las variantes delta y ómicron, y se le empieza a conocer como “deltacron”, tiene “un bajo nivel de circulación”.
La OMS no descarta, sin embargo, que esta impresión inicial esté relacionada con la caída en el número de test de COVID-19 en la mayor parte de mundo.
“En vista de la disminución de test en el mundo estamos en una desventaja para seguir este virus de forma tan efectiva como deberíamos”, comentó la jefa de la unidad técnica antiCOVID de la OMS, Maria Van Kerkhove.
Recordó que tras dos años de pandemia existe una capacidad global de diagnóstico y de secuenciación genética del coronavirus muy importante, la que se está subutilizando por la impresión que existe de que la pandemia ha terminado o que ha dejado de ser grave.
Van Kerkhove dijo que es importante mantener y utilizar esas capacidades “porque como lo hemos venido diciendo, mientras este virus siga circulando tendrá más oportunidades de cambiar. La posibilidad de una recombinación (de variantes) siempre estuvo en la mesa”.
La OMS no tiene un nombre para la recombinación que se ha detectado en un número contado de casos en Francia, Países Bajos y Dinamarca, aunque ya ha empezado a conocerse como “deltacron”.
Las autoridades sanitarias de Brasil informaron este martes que habían confirmado dos contagios con deltacron, pero hoy rectificaron y dijeron que se trata de casos que aún se están investigando.
La recombinación de virus se produce cuando dos virus diferentes -en este caso las variantes delta y ómicron- logran intercambiar grandes cantidades de información genética, lo que produce un nuevo virus.
“La mayoría de esos virus debido al enorme cambio en sus códigos no son viables, no son buenos para infectar a otro humano, pero en ocasiones aparece uno que sí lo es”, explicó el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan.
En la última semana, los casos globales de COVID-19 volvieron a subir (8%), lo que se vincula a la ola de infecciones causadas por la variante ómicron en China y otros países de Asia Oriental, aunque al mismo tiempo el número de fallecidos en el mundo se redujo en un 17%, con respecto a la semana anterior.
Van Kerkhove atribuyó el aumento de casos al levantamiento de las restricciones en cada vez más países (distancia social, uso de mascarilla, entre otros), así como a una cobertura de vacunación incompleta en varios países.
Asimismo, culpó a la desinformación del aumento de casos, “ya que mucha gente está escuchando que la pandemia se terminó, que ómicron es la última variante que veremos o que no es grave”, todo lo cual - dijo- es falso.