La región en la que está Venecia, el Véneto, es una de las más afectadas en Italia por la difusión del coronavirus y ha obligado a las autoridades a cerrar muchos lugares turísticos.  Foto: Getty images, vía BBC Mundo
La región en la que está Venecia, el Véneto, es una de las más afectadas en Italia por la difusión del coronavirus y ha obligado a las autoridades a cerrar muchos lugares turísticos. Foto: Getty images, vía BBC Mundo

El virólogo italiano Andrea Crisanti, quien implementó los test masivos en el Véneto (Italia) que ayudaron a frenar el contagio de coronavirus en esa región, explica que para poder limitar las restricciones será necesario usar siempre la mascarilla y la posibilidad de rastrear los contactos que han tenido los positivos.

En una rueda de prensa telemática con representantes de la prensa extranjera en , este profesor de parasitología molecular del Imperial College de Londres y director del Laboratorio de Virología y Microbiología de la Universidad de Padua advirtió de que no se han tomado las medidas necesarias para una reapertura en su país.

Subrayó que “no se ha hecho una valoración del riesgo” y que “falta el numero real de casos”.

Receta para la desescalada: número real de casos, mascarillas obligatorias y rastreos

Antes de comenzar con una desescalada en las medidas de confinamiento, apuntó que es necesario saber el verdadero número de casos en las regiones, los diferentes grupos de edad a los que ha afectado y, tras conocer la “incidencia” del virus en estas zonas, entonces si el riesgo es bajo se podría pensar en reaperturas.

Después - añadió - todos tendrían que estar dotados de mascarillas y guantes, así como aplicar medidas para detectar a las personas positivas y trazar los contactos que han tenido.

Y luego hay que crear una fuerza de reacción rápida en el caso de que se detecte un foco y realizar pruebas diagnósticas masivas”, agregó.

Solo combinando estas medidas se podrá convivir con el virus”, apuntó.

Crisanti destacó: “si queremos volver a nuestras relaciones tendremos que usar la mascarilla y renunciar a un poco de privacidad. Me parece un precio que se puede pagar para reactivar nuestras economías”.

Esta es la práctica que se puso en marcha en Véneto, no sólo hacer la prueba a quienes presentasen síntomas sino a todos sus familiares, amigos, contactos, y sólo así se pudieron controlar focos como los de Vó Euganeo, considerado junto al pueblo de Condogno uno de los epicentros de la difusión a finales de febrero.

Además, sólo así se podrá saber cuál es el verdadero número de contagios en Italia, pues según él tanto los casos de contagiados como de muertos están falseados.

Los datos en Lombardía son la punta de un iceberg”, asegura Crisanti, al explicar que la región septentrional más afectada por la pandemia no ha realizado la campaña de diagnosis extensa que hizo el Véneto.

Las pruebas serológicas no son fiables

Crisanti también desconfía de las pruebas serológicas, las que indican si se han desarrollado anticuerpos al virus, pues aseguró que los análisis que se han realizado en Véneto dan “muchos falsos negativos” y “no son fiables”.

Explicó que usar estos test para realizar las llamados carnés de inmunidad es una “estupidez”, pero que sí tendrían un valor para ver la extensión de la epidemia y donde ha afectado más el virus porque “puede haber asintomáticos positivos que van a ser descubiertos”, pero no se pueden realizar estas pruebas para “aplicaciones impropias”.

Aseguró que se han dado casos de positivos que se negativizan y después vuelven a ser positivos, por lo que no hay datos seguros sobre la inmunidad y sobre si los anticuerpos funcionan.

La OMS obstaculizó la prevención

El virólogo apunta el dedo contra la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomendó no realizar pruebas a quien no tuviera síntomas o hubiera estado en China, lo que considera "directrices equivocadas" que "obstaculizaron las medidas de prevención".

La ONG está burocratizada. Tiene un valor que hay que preservar, pero después de lo que ha sucedido hay que cambiarla”, aseveró.

Sobre la posibilidad de que el calor ayude a frenar la propagación, Crisanti explicó que no hay indicaciones sobre ello, pero que lo que está ocurriendo en el sur de Italia (con temperaturas más altas) y el comportamiento de otros coronavirus hace pensar que puede “disminuir la capacidad de transmisión”.

También lamentó que la Unión Europea no haya asumido medidas de lucha contra el virus para todos los países, por lo que esto crea asimetrías, pues si uno elige que es mejor crear la inmunidad de grupo esto tendrá “enormes consecuencias”, sobre todo de cara a la próxima movilidad de los ciudadanos.

Para Crisanti, la vacuna tardará aún mucho en llegar y no eliminará el virus, por lo que el camino más rápido en estos momentos para combatirlo es encontrar una terapia eficaz.

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