La Unión Europea (UE) desveló este miércoles su hoja de ruta para una esperada y “gradual” salida del confinamiento que busca proteger la economía, amenazada por la recesión, y a la población que deberá aprender a convivir con el coronavirus.
“Las autoridades públicas deben evaluar muy cuidadosamente el mejor momento para empezar a levantar las medidas restrictivas una por una”, urgió en rueda de prensa la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando la tímida apertura ya comenzó.
Austria y Dinamarca encabezan el retorno a una cierta normalidad en la UE, cuando millones de ciudadanos siguen confinados en sus casas y cientos de personas siguen muriendo cada día por la Covid-19, sobre todo en España e Italia.
Las instituciones europeas buscan evitar la descoordinación vivida con la entrada en el confinamiento en marzo, pero reconocen que la salida no será al mismo tiempo, ya que la crisis afecta "de manera diferente" a los 27 países del bloque.
La UE propone así que el levantamiento del confinamiento se justifique en base a tres criterios: una disminución considerable de la propagación, un sistema sanitario suficientemente equipado y capacidad para hacer pruebas de detección a gran escala.
Estas “recomendaciones” se basan “en el sentido común, en los datos científicos”, dijo por su parte el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, abogando por un “enfoque común” de salida tras las tensiones vividas al inicio de la pandemia.
Según una fuente europea, uno de los temores es que países menos afectados como Alemania y Países Bajos se beneficien de una "ventaja competitiva" frente a los más golpeados como Italia, España y Francia al poder reanudar su maquinaria económica antes.
La Comisión aboga así por la coordinación entre los países del bloque, para proteger la integridad del mercado único europeo, en un momento en que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de la Eurozona podría contraerse un 7,5% en 2020.
Sin calendario de salida
La hoja de ruta desvelada por Von der Leyen y Michel, a petición de los mandatarios europeos, no presenta ningún calendario específico para el fin del desconfinamiento, sino unas pautas y recomendaciones para los países del bloque.
Alemania estudia empezar a levantar las restricciones a partir del 3 de mayo; Francia aboga por el 11 de mayo... Las instituciones europeas recomiendan pasar en este contexto a medidas “más específicas” mientras no se halle una vacuna.
La UE estima así que los ancianos y las personas con enfermedades crónicas, quienes corren más riego de sucumbir ante el virus, permanezcan confinados más tiempo. Continuar con el teletrabajo es otra de las recomendaciones.
La hoja de ruta también urge a autorizar gradualmente las concentraciones de gente, pero con condiciones. La reapertura de los colegios o de comercios deberían ir acompañadas de una limitación de personas en las aulas y en las tiendas.
El distanciamiento social, el porte de máscaras o el lavado sistemático de manos deberían mantenerse pese al fin de los encierros en casa para evitar nuevos brotes, en un contexto en que los ciudadanos deberán convivir con el coronavirus.
Durante este período, las nuevas tecnologías podrían desempeñar, a juicio de la UE, un papel fundamental, como las aplicaciones de rastreo en los celulares personales para ayudar a romper las cadenas de transmisión del virus.
Pero el uso de este tipo de aplicaciones móviles, en marcha ya en algunos países, debe ser voluntario, contar con el consentimiento del usuario y respetar las reglas de la UE sobre la vida privada y los datos personales, estima la Comisión.
Las fronteras interiores de la UE deberían reabrirse progresivamente para garantizar la libre circulación, sobre todo de trabajadores transfronterizos, mientras que la decisión sobre las fronteras externas debería tomarse en una segunda fase.
La UE sigue considerando que el desarrollo de una vacuna es, no obstante, la “mejor oportunidad colectiva para vencer el virus”, en palabras de Von der Leyen, que anunció así una conferencia telemática del 4 de mayo para recabar fondos.
El nuevo coronavirus ha provocado más de 126,000 muertos en el mundo desde su aparición en China en diciembre, más de dos terceras partes en Europa (85,000), según un balance de la AFP a las 11H00 GMT.