En Kroo Bay, un barrio de chabolas de la capital de Sierra Leona con callejuelas llenas de basura, la vida ya era dura. Pero ahora, con la guerra en Ucrania, Iyesatu Turay, madre de tres hijos, asegura que ya no puede alimentar a su familia.
El alza de los precios de productos tan esenciales como el arroz, el aceite para cocinar y los combustibles se siente más duro cuando se subsiste con menos de US$ 1.90 diario, como lo hacen 43% de los habitantes de Sierra Leona, según el Banco Mundial.
“Es necesario que nos ayuden”, implora Iyesatu Turay, de 28 años, madre de tres hijos y cuyo marido perdió su empleo en la pandemia, en este lugar por donde deambulan cerdos y perros errantes.
“Con una sola comida, tarde en la noche, apenas se sobrevive”, dice. “No hay comida, agua, electricidad”, se lamenta Iyesatu Turay para quien son muy penosos la escasez crónica de agua y electricidad y el alza de los precios.
Pese a las riquezas naturales en diamantes, Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo, y tiene uno de los últimos índices de desarrollo de las Naciones Unidas, que tiene en cuenta datos económicos y otros como la esperanza de vida o el nivel de educación.
La ex colonia británica y sus 7,5 millones de habitantes se recuperaban apenas de una guerra civil brutal de 1991 al 2002 y de la epidemia de ébola del 2014-2016 en África occidental, cuando fueron afectados por la pandemia de COVID-19.
El temor de una nueva conmoción debido a la crisis ucraniana en los países más pobres se ha vuelto una realidad aquí.
Musa Sesay, tendero de Freetown, indica que todos sus proveedores aumentaron sus tarifas.
Alza vertiginosa
“No es que seamos responsables del alza de precios, es un problema mundial”, manifestó.
Una bolsa de arroz de 50 kilos que costaba unos 27 euros se vende ahora en 32 euros, 20% más.
Los precios de los combustibles subieron vertiginosamente. La Agencia de regulación de los productos petroleros (PRA) aumentó a fines de marzo los límites máximos de la gasolina y el gasoil de 34% a 40% respectivamente con relación a enero.
La PRA se refirió a dificultades de suministro relacionadas con el “deterioro de la situación geopolítica en Europa”.
El gobierno dice que intervino para limitar el impacto y hacer que el sobrecosto de las importaciones no se vea reflejado en las estaciones de servicio.
Los choferes de taxis o camiones se pusieron en huelga y bloquearon recientemente varias calles de la capital. Los policías usaron gases lacrimógenos contra manifestantes que protestaban contra el alto costo de la vida.
El Banco Central calculaba a inicios de abril en 17.6% la inflación del mes de febrero.
Elegido en el 2018, el presidente Julius Maada Bio tendrá dificultades para cumplir su promesa de campaña de enfrentar el problema de la pobreza y el hambre.
“No es nuestro asunto”
“La guerra en Ucrania no es nuestro asunto, pero nuestros compatriotas sufren”, declaró en abril. Y ofreció ayudar a la población.
Antes de esta nueva crisis, Sierra Leona luchaba para garantizar el suministro de electricidad y agua potable y controlar la inflación.
El gobierno firmó en el 2020 un acuerdo de cinco años con Karpowership para que la compañía turca instale en las costas una de sus centrales eléctricas flotantes. Sin embargo, los cortes del servicio de electricidad siguen siendo frecuentes.
El PAM de Naciones Unidas advertía el 14 de abril que África occidental enfrenta una “crisis alimentaria y nutricional sin precedentes”, a causa de los conflictos, del cambio climático y del COVID-19.
“El número de personas que sufre hambre aguda en la región se cuadruplicó en tres años, alcanzando este año su nivel más elevado desde hace diez años”, añadió.
Con el aumento de los precios mundiales de los productos y los combustibles, el PAM dice que necesita “urgentemente” US$ 951 millones suplementarios en los próximos seis meses.