Estados Unidos suscitó la ira de China el viernes tras advertir a sus ciudadanos sobre las consecuencias de viajar al gigante asiático, en un momento en que las empresas enfrentan problemas de suministro por la epidemia de coronavirus, que ha matado ya a 213 personas y ha sido declarada una emergencia mundial.
Rusia, Reino Unido, Suecia e Italia informaron de los primeros casos en su territorio, y Roma declaró su propia emergencia nacional mientras trata de reconstruir el itinerario de dos turistas chinos infectados.
“No viajen a China debido al nuevo coronavirus identificado por primera vez en Wuhan”, dijo el Departamento de Estado, que puso a China en el mismo nivel de riesgo que Afganistán e Irak.
Pekín, que recién había comenzado a restablecer los destrozados lazos comerciales con Estados Unidos, calificó la medida de "verdaderamente vil", señalando que la OMS había elogiado los esfuerzos de contención de Pekín y no había recomendado imponer restricciones a los viajes ni al comercio.
“La Organización Mundial de la Salud pidió a los países evitar restricciones al viaje y al poco tiempo Estados Unidos hizo lo contrario”, dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying, en un comunicado. “Es verdaderamente vil”.
Japón también aconsejó a sus ciudadanos que pospongan los viajes no urgentes a China, mientras que Bahréin recomendó no ir a ningún país afectado por el virus, e Irán instó a prohibir el acceso de todos los viajeros procedentes de China.
Singapur, uno de los principales puntos de conexión de Asia, detuvo el acceso de pasajeros con un historial reciente de viajes a China y también suspendió los visados para titulares de pasaportes chinos. La prohibición se extiende a los que están de paso por el país.
Ante las inevitables consecuencias para China, la segunda economía del mundo, las bolsas internacionales anotaban sus mayores pérdidas semanales desde agosto. Los mercados de petróleo y metales sufrían un castigo aún mayor. El brote podría “repercutir globalmente”, dijo Moody’s.
Venceremos, dice Pekín
La OMS finalmente dijo el jueves que la epidemia en China -que tuvo su origen en animales en la ciudad de Wuhan- constituía una emergencia de salud pública de interés internacional.
En respuesta, la portavoz Chunying dijo que China había tomado medidas de prevención y control exhaustivas y rigurosas. "Tenemos plena confianza y capacidad para ganar esta lucha", dijo.
Los cerca de 60 millones de personas que viven en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, han visto limitados sus movimientos en un intento de las autoridades chinas por frenar la propagación del virus.
Pero algunas personas salían y entraban en la zona a pie por un puente sobre el río Yangtsé, dijo un testigo de Reuters, y las infecciones se han propagado a dos ciudades que vecinas de Wuhan.
El jefe del Partido Comunista de Wuhan dijo que la ciudad debería haber actuado antes para contener el virus.
El número de casos confirmados en China ya ha sobrepasado los 9,800, dijo el enviado de Pekín a las Naciones Unidas en Viena. Más de 130 casos se han contabilizado en al menos otros 25 países y regiones, si bien no han habido muertes fuera de China.
La OMS ha informado de al menos ocho casos de transmisión entre personas en cuatro países: Estados Unidos, Alemania, Japón y Vietnam. Tailandia dijo que encontró también un caso de este tipo.
Vuelos de evacuación
En medio de la creciente alarma pública, que también está causando una ola de animadversión contra China, varias aerolíneas importantes han dejado de volar a China continental, entre ellas Air France KLM SA, British Airways , Lufthansa y Virgin Atlantic. Otras han decidido reducir los vuelos.
Gobiernos de varios países están evacuando a sus ciudadanos de la provincia de Hubei y poniéndolos en cuarentena. Un avión con un centenar de ciudadanos británicos y españoles a bordo aterrizó en Reino Unido el viernes.
Japón, con 14 casos confirmados, ha fletado tres aviones para traer a sus compatriotas a casa y el primero de los cuatro vuelos para repatriar ciudadanos surcoreanos aterrizó en el país el viernes.
Las estadísticas de China muestran que poco más del 2% de las personas infectadas han muerto, lo que sugiere que el virus es menos letal que el brote de 2002-2003 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS por sus siglas en inglés).
Sin embargo, los economistas temen que el impacto del nuevo coronavirus sea mayor que el del SARS, que mató a unas 800 personas y costó unos US$ 33,000 millones a la economía mundial, ya que la participación de China en la economía global es ahora mucho mayor.