China suspendió las importaciones de carne de vacuno de cuatro proveedores en Australia, unas semanas después de que el embajador chino amenazara con represalias por la investigación sobre el origen del coronavirus que promueve el gobierno de Canberra.
La decisión hace temer que las tensiones entre entre Australia y su principal socio comercial se extiendan a otros sectores económicos del país, en un contexto de crisis por la pandemia.
El ministro federal de Comercio, Simon Birmingham, dijo que los envíos de carne hacia China habían sido suspendidos por problemas “técnicos menores” relacionados con las demandas de certificación chinas.
“Estamos preocupados porque las suspensiones parecen basarse en cuestiones muy técnicas, que en algunos casos se remontan a más de un año”, indicó.
“Estamos trabajando con la industria y las autoridades tanto en Australia como en China para buscar una solución que permita a esas empresas reanudar normalmente sus operaciones lo antes posible”, añadió.
Los cuatro mataderos afectados representan el 35% de las exportaciones de carne de vacuno de Australia hacia China en un comercio que representa unos 1,700 millones de dólares australianos (US$ 1,100 millones), según la cadena ABC.
China también amenaza con aplicar aranceles a la cebada australiana, argumentando que Australia la vende en China por debajo del precio de coste (‘dumping’). Según documentos confidenciales citados por la Australian Financial Review, China estaría estudiando aranceles de hasta el 73.6%.
Las tensiones entre ambos países se exacerbaron con los llamamientos de Australia para llevar a cabo una investigación internacional sobre el origen del coronavirus, que apareció en China y luego se propagó por todo el mundo.
La enfermedad dejó hasta ahora más de 280,000 muertos e infectó a millones de personas, provocando al mismo tiempo una crisis económica mundial.
“El público chino está frustrado, consternado y decepcionado con lo que está haciendo Australia”, dijo el embajador chino Cheng Jingye el mes pasado, en una entrevista en la Australian Financial Review.
“Es la gente la que tiene que decidir. Quizás la gente corriente se preguntará: '¿Para qué tengo que beber vino australiano, comer carne de vacuno australiana?”, añadió.