Chile, el principal país productor de cobre del mundo, aumentará la supervisión para garantizar que las minas cumplan con las medidas para combatir el COVID-19 después de que una operación estatal registrara la primera muerte de un trabajador.
La administración del presidente Sebastián Piñera desplegará supervisores adicionales para que monitoreen la implementación de protocolos, dijo el ministro de Minería, Baldo Prokurica, en una declaración enviada por correo electrónico.
El anuncio sigue a la muerte de Santiago Ochoa, trabajador de la división Chuquicamata de Codelco. Hasta ahora, la compañía estatal de cobre ha logrado continuar sus operaciones durante la pandemia, adoptando medidas de seguridad sin detener la producción.
La industria minera de Chile había gozado de tasas relativamente bajas de la enfermedad en la población en general. Pero ese ya no es el caso, ya que el país sudamericano ahora reporta miles de nuevos casos diariamente, lo que está acercando a los hospitales al colapso e incitando a las autoridades a endurecer las restricciones.
Prokurica hizo un llamado a toda la industria, especialmente a Codelco, para que adopte todas las medidas necesarias para proteger la vida y la salud de los trabajadores.
Los futuros del cobre se han recuperado de la caída de las materias primas de marzo ante la perspectiva de reapertura de países y el resurgimiento de la demanda. La ininterrupción de las grandes minas chilenas ha ayudado a evitar que los mercados se ajusten aún más.
Codelco informó el 30 de mayo que ha implementado controles preventivos en Chuquicamata que le permiten detectar y aislar rápidamente a los trabajadores enfermos y sus contactos.
La mayoría de los contagios se produjo fuera de la mina en períodos de descanso, indicó. Chuquicamata está justo al norte de Calama, en la región de Antofagasta, que ha experimentado un fuerte aumento en el número de casos en las últimas semanas.