El Gobierno de Chile está buscando nuevas maneras de fomentar la inversión en hidrógeno verde en medio de su intento por aprovechar los abundantes recursos solares y eólicos de la nación para crear una nueva industria de exportación.
La Administración del presidente Gabriel Boric está aumentando las subvenciones y los préstamos a los desarrolladores, pero se abstendrá de recurrir a subsidios, dijo el ministro de Energía, Diego Pardow. Mantendrá algunas de las políticas energéticas del Gobierno anterior, como la aprobación de un proyecto de ley de incentivos para el almacenamiento, pero modificará políticas para una mayor participación de la comunidad y transferencia de tecnología.
“Mantendremos las promesas hechas a las empresas que han invertido en Chile, pero queremos crear nuevas oportunidades”, dijo el abogado formado en Berkeley en una entrevista con Bloomberg Television.
Con el soleado desierto de Atacama en el norte y la ventosa Patagonia en el sur, Chile se encuentra en una posición privilegiada para producir energía renovable, que se puede utilizar para extraer hidrógeno del agua para crear una alternativa al diésel en su enorme industria minera. Su expansión ayudaría a cumplir con los objetivos de carbono del país y alentaría a las empresas a hacer el cambio en medio de un creciente escrutinio de las credenciales ambientales de los inversionistas.
Además de más subvenciones y préstamos, las autoridades están trabajando para flexibilizar las normativas de uso de las tierras y reforzar los equipos reguladores locales con profesionales calificados para mejorar las evaluaciones de impacto. También están trabajando con comunidades y universidades en un intento por convertir áreas del sur y del norte con antecedentes de combustibles fósiles en centros de energía verde.
Sin embargo, el Gobierno no ofrecerá ningún subsidio directo para la exportación de hidrógeno, ya que eso infringiría las regulaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC). “Debemos tener mucho cuidado con las herramientas que usamos para incentivar este sector”, dijo Pardow.
Gobiernos de todo el mundo esperan fomentar la evolución del hidrógeno verde mediante la reducción de costos. Como parte de su estrategia nacional para el combustible, el Gobierno chileno planea comenzar a evaluar antes de fin de año si mantendrá el costo objetivo de la Administración anterior de US$ 1.50 el kilogramo para el 2030, dijo Pardow. Los costos actuales son mucho más altos que eso, indicó.
El Gobierno está trabajando con la estatal Empresa Nacional del Petróleo (Enap) para participar en esfuerzos conjuntos con desarrolladores privados para permitir que su infraestructura se utilice para hidrógeno verde.
Con respecto a una iniciativa para cerrar todas las centrales eléctricas a carbón en Chile para el 2025, Pardow dijo que hay que hacer más para satisfacer la variable demanda de energía con alternativas renovables. “No es factible hacerlo para 2025″.