Chile está trabajando para mejorar la transparencia respecto a las infecciones por COVID-19 y los esfuerzos de las empresas para prevenirlas, en un intento por aliviar las crecientes tensiones laborales en su gigantesca industria del cobre.
El ministro de Minería, Baldo Prokurica, está investigando la difusión de datos de contagio de las autoridades sanitarias locales –y no solo de las empresas–, así como los resultados de las auditorías sobre el cumplimiento de las minas con los protocolos de lucha contra el virus, dijo el lunes en una entrevista.
Las iniciativas surgen cuando los sindicatos exigen limitar las operaciones en el mayor productor de cobre, a medida que más trabajadores se enferman.
A diferencia del vecino Perú, Chile optó por continuar la minería durante la pandemia, implementando medidas de seguridad y desmovilizando al personal no esencial sin sacrificar gran parte de la producción. Para Prokurica, es un acto de equilibrio para mantener a los trabajadores saludables y el flujo de ingresos de exportación que tanto necesitan.
“Vamos a hacer todo lo que esté dentro de nuestra capacidad para que el país pueda asegurarle a los trabajadores sus puestos de trabajo y a su vez tener continuidad, mientras se protege la salud y la seguridad de los trabajadores”, dijo.
Las tensiones aumentaron la semana pasada, después de que un trabajador de la mina Chuquicamata de Codelco, propiedad del estado, muriera de la enfermedad. Los sindicatos han dicho que las compañías y las autoridades no están haciendo lo suficiente para contener o comunicar el brote. El ministro envió inspectores adicionales para monitorear la situación en las minas, con 1,600 evaluaciones realizadas hasta la fecha.
El fin de semana, siete grupos que representan a trabajadores y contratistas en algunas de las minas más grandes del mundo emitieron un llamado al Gobierno para reevaluar la continuidad de las operaciones.
“Existe un consenso entre los sindicatos de que limitar las operaciones es lo correcto”, asegura Ricardo Calderón, presidente de la Federación de Supervisores del Cobre.
Prokurica dijo que la industria está tomando medidas extraordinarias para proteger al personal, incluidas las pruebas, el distanciamiento y la desmovilización de aproximadamente la mitad de la fuerza laboral total. Si bien las infecciones están aumentando en el país, la minería ha funcionado mejor que otras industrias, con solo el 0.5% de la fuerza laboral enferma, dijo.
“No hay normalidad en la industria del cobre en este momento”, dijo Prokurica. “Estamos en la fase más difícil de la pandemia en Chile”.
El año pasado, Chile produjo 5.8 millones de toneladas de cobre. Las estimaciones actuales de la comisión de cobre Cochilco indican que la pandemia costará alrededor de 200,000 toneladas este año, dijo Prokurica. No obstante, Cochilco dijo en un tuit el viernes que la pérdida sería de unas 75,000 toneladas. Un portavoz de Cochilco explicó que la agencia tiene varios escenarios, y el ministro proporcionó la proyección mediana.
A pesar de las reducciones en la fuerza laboral, Codelco experimentó un aumento de la producción de 2.8% interanual en abril, mientras que la mina Escondida de BHP Group Ltd. aumentó la producción en un 11%, informó Cochilco.
Las minas han podido mantener la producción –y satisfacer la recuperación de la demanda global– con menos personas trabajando durante 14 días y 14 días libres.
“Estamos tomando medidas extraordinarias, con sacrificios por parte de los trabajadores que trabajan 14 días seguidos”, dijo Prokurica. “Ese es un tremendo sacrificio”.