Sacudidos por casos de corrupción y abuso sexual en la política, los chilenos eligen a partir de este sábado a alcaldes y gobernadores, en comicios que medirán fuerza para las presidenciales de 2025 y en los que la ultraderecha tiene una mejor chance.
Más de 15 millones de chilenos están habilitados para estas elecciones con voto obligatorio y que se realizarán en dos días, debido al gran volumen de cargos a elegir: alcaldes, concejales, gobernadores regionales y consejeros regionales en los 345 municipios del país.
Tras votar en su natal ciudad de Punta Arenas, 3,000 km al sur de Santiago, el presidente Gabriel Boric llamó a acudir a las urnas “con convicción”.
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“Estamos en un contexto de voto obligatorio, pero es importante que además de la obligación legal sintamos y entendamos la importancia del voto” y de elegir “a las autoridades que tienen más contacto con el día a día de ustedes con convicción”, afirmó el mandatario.
Las facciones de izquierda que apoyan su gobierno lograron unirse para estos comicios, mientras que la oposición de derecha se presenta fragmentada entre los partidos conservadores tradicionales y el partido Republicano, una formación de ultraderecha.
Si bien estas elecciones tradicionalmente se consideran un barómetro de la presidencial, que se celebrará en noviembre de 2025, es la primera vez que todos los mayores de 18 años están obligados a votar, lo que le añade incertidumbre a los resultados.
Las mesas cerrarán a las 18:00 horas de este sábado (22:00 GMT) y volverán a abrir el domingo por otras ocho horas. Los resultados oficiales se esperan a partir de las 21:00 locales del domingo (01:00 GMT del lunes).
Escándalos
También es incierto el impacto de la serie de escándalos que han sacudido a la sociedad chilena las últimas semanas.
Primero, el caso “Hermosilla” sobre la red de tráfico de influencias que montó el prestigioso abogado de la élite Luis Hermosilla y que impactó en la derecha tradicional por los vínculos que estableció con ese sector.
Luego, la denuncia de violación que derribó hace una semana a Manuel Monsalve, el hombre fuerte de seguridad del gobierno de Boric.
“Es difícil predecir el resultado de la elección, sobre todo porque ahora estamos con nuevas reglas”, dijo el analista de la Universidad Diego Portales Rodrigo Espinoza.
Debido a los casos de corrupción, “la ciudadanía tal vez no se ve encantada o no sienta la confianza suficiente para depositar su voto en una u otra alternativa”, observó.
En este escenario, podrían beneficiarse los extremos, en especial el partido Republicano que ha tomado palco en los escándalos con promesas de mano dura contra la corrupción y la inseguridad.
“El partido Republicano corre con cierta ventaja para ser el partido más votado”, afirmó Espinoza.
Marcelo Mella, cientista político de la Universidad de Santiago, cree también que “muy probablemente los resultados van a darle un resurgimiento o un impulso al proyecto político de la extrema derecha en Chile”.
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Voto de extranjeros
El aumento de los delitos violentos ha llevado a que la seguridad sea la principal preocupación del país.
Con todo, y ante la gran votación que el oficialismo consiguió en los comicios pasados de 2021, en el que le arrebató municipios claves a la derecha, el gobierno podría celebrar triunfos importantes.
Se espera que en la populosa comuna de Maipú, en el oeste de Santiago, arrase el actual alcalde oficialista Tomás Vodanovic.
Un factor importante será también el voto migrante, con 786,000 extranjeros, en su mayoría peruanos, venezolanos y haitianos, habilitados para votar. En comunas como Santiago e Independencia, de la capital, representan casi un tercio del padrón.
Chile permite el voto de extranjeros en todas las elecciones después de cinco años de residencia en el país.