José Urbina es uno de los millones de chilenos que espera retirar el 10% de su fondo de pensiones en caso de que el Senado lo apruebe el miércoles por la tarde.
“Estoy sin trabajo desde hace tres meses”, dijo a The Associated Press, y aseguró que usaría el dinero para pagar su arriendo.
Este proyecto —que busca disminuir los efectos económicos desastrosos dejados por la pandemia— ha desatado una crisis en el gobierno debido a que el presidente Sebastián Piñera y el sector empresarial lo rechazan, pero varios legisladores —oficialistas incluidos— lo respaldan.
Varios gremios portuarios anunciaron que paralizarán sus labores como una forma de presionar la aprobación.
La iniciativa de la centroizquierda fue aprobada hace una semana por la Cámara de Diputados y, si fuera respaldada sin indicaciones en el Senado, quedaría lista para que sea promulgada por Piñera. Si hubiera alcances, serían votados el jueves por los diputados, que buscan que el proyecto se convierta lo antes posible en ley.
Los efectos de prolongadas cuarentenas contrajeron la economía hasta 15.3% en mayo y el desempleo creció cuatro puntos porcentuales entre marzo y mayo hasta 11.2%, afectando a un millón de personas. Otras 700,000 tienen sus contratos suspendidos y viven de su seguro de cesantía.
Encuestas señalan que unos ocho de los diez millones de personas que poseen fondos de retiro esperan que se apruebe el proyecto para retirar el 10% de su ahorro. Se estima que se podrían sacar unos US$ 20,000 millones.
El gobierno entregó varios subsidios a los más vulnerables económicamente, pero la clase media, estimada en un 60% de los 18 millones de chilenos, no ha recibido hasta ahora ninguna ayuda. Piñera le ofreció un bono de 600 dólares y créditos sin intereses al sector, pero la oposición estimó que incrementarían sus deudas e impulsó el proyecto de retiro de fondos.
José Urbina, el diseñador gráfico entrevistado por AP, dijo que no califica para ninguno de los subsidios entregados por Piñera y que en caso de que la iniciativa obtenga luz verde, podría retirar unos US$ 500.
Si el proyecto avanza, las privadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) deberán vender parte de sus portafolios de inversiones, probablemente en el mercado local, lo que según el oficialismo impactará en los precios de los papeles, en la bolsa, y se producirá una baja de unos 20,000 pesos (25 dólares) en las pensiones más bajas, que bordean los 165,000 pesos (US$ 211).
Hernán Frigolett, ex Tesorero General de la República y académico de la Universidad de Santiago, dijo a AP que la venta de los papeles en el mercado local “impactaría en el precio de las acciones, y la posición vendedora (de las AFP) bajaría el precio de las acciones”. Agregó que los efectos en el mercado y en una disminución de las futuras pensiones “está totalmente magnificados, buscan disuadir a los que tienen que votar” el proyecto.
El modelo de pensiones chilenos se basa en la capitalización individual de fondos y fue impuesto por la dictadura militar de Augusto Pinochet, (1973-1990), que aseguró que los montos de las jubilaciones representarían un 70% del último ingreso, pero en la práctica bordea el 20%.
“Los fondos de pensiones reflejan la mala distribución del ingreso que hay en Chile. Eso no llevará a que se retire el 10% de los fondos acumulados”, porque varios millones de personas tienen ahorros mínimos, agregó Frigolett.
Piñera, a pesar de su anuncio para la clase media, sufrió una fuerte derrota luego que la oposición de centroizquierda sumó 13 votos de diputados oficialistas, tres más de los que necesitaba, con los que pudo aprobar su iniciativa. Cinco senadores de la alianza de gobierno anticiparon su apoyo a la iniciativa a pesar de que su partido, la Unión Demócrata Independiente, los amenazó con pasarlos a un comité que los puede sancionar.
De aprobarse el proyecto, Piñera tiene la opción de vetarlo parcialmente e incluso él o parlamentarios de su sector pueden acudir al Tribunal Constitucional.