Casi 350 millones de personas en el mundo podrían enfermar gravemente del COVID-19, necesitando incluso una hospitalización si se contagiaran, estima un estudio publicadO en la revista médica británica The Lancet Global Health.
El nuevo coronavirus afecta de manera muy desigual a las personas en función de múltiples factores, relacionados con el estado de salud, la edad y el sexo, entre otros.
El SARS-CoV-2 deja así indemne a una inmensa mayoría de niños y jóvenes que gozan de buena salud y golpea en cambio duramente a las personas mayores, aquejadas de enfermedades crónicas como la diabetes.
Un grupo de investigadores británicos buscó establecer para 188 países los riesgos diferenciados de las poblaciones, según la edad, el sexo y el estado de salud.
Los resultados, muestran que 1,700 millones de personas, es decir, 22% de la población mundial, presentan al menos un factor de riesgo que los vuelve más susceptibles de contraer una forma grave de COVID-19.
Entre estos, 349 millones de personas están particularmente expuestas y necesitarían ser hospitalizadas si se contagiaran con el virus.
“Ahora que los países salen del confinamiento esperamos que estas estimaciones ofrezcan un punto de partida útil” a los gobiernos que “buscan cómo proteger a los más vulnerables de un virus que continúa circulando”, comentó el autor principal del estudio, Andrew Clark, de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical (LSHTM).
El investigador propone así reforzar las recomendaciones de distanciamiento social y de medidas de higiene a las personas más vulnerables y considerarlas prioritarias en campañas de vacunación futuras.
La proporción de habitantes con mayor riesgo es más baja en regiones donde la población es más joven, como es el caso de África (16%). En cambio, en Europa esta tasa sube a 31%.
Pero “una elevada proporción de casos severos podrían ser mortales en África”, debido a unos sistemas de salud muy precarios, según Andrew Clark.
Paralelamente, islas como las de Mauricio y Fiji presentan un riesgo particular, debido a los altos índices de diabetes entre la población, según el estudio.