Brasil, Uruguay y Paraguay se enfrentaron a Argentina al pedir mayor flexibilidad para negociar acuerdos comerciales, durante una tensa cumbre de presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur) organizada desde Buenos Aires para conmemorar el 30 aniversario del bloque.
La tirantez en las discusiones fue tal, que al verse solo el presidente argentino, Alberto Fernández, retrucó visiblemente ofuscado al resto de sus socios: “Si nos hemos convertido en una carga lo lamento, lo más fácil es bajarse del barco”.
“Si somos un lastre, que tomen otro barco”, añadió durante el encuentro virtual celebrado en medio de la pandemia de COVID-19 que golpea a sus países.
Del otro lado, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el de Paraguay, Miguel Abdo Benítez, pidieron “flexibilizar” la dinámica del bloque. Pero el mandatario argentino, quien presidió la reunión, aclaró de entrada que no quiere ir a una baja generalizada del arancel externo común.
“No creemos que la reducción lineal del arancel externo sea el mejor instrumento. Argentina propone preservar el equilibrio entre sectores agrícolas e industriales, con justicia social, en un contexto de incertidumbre global absoluta”, lanzó Fernández.
El presidente brasileño fue contundente: “Brasil desea contar con apoyo (de sus socios) para seguir ampliando la red de negociaciones comerciales internacionales, con las actualizaciones del arancel externo. Necesitamos atraer inversiones. Superar con urgencia los grandes daños ocasionados por la pandemia”.
En coincidencia con esa idea, Lacalle Pou afirmó: “No estamos conformes. Estamos de acuerdo en rever el arancel. Tenemos que avanzar en negociaciones con otros bloques. El acuerdo con el bloque europeo se ha trabajado por mucho tiempo. Debemos sincerar ese proceso. Proponemos que sea con una flexibilización” en las negociaciones externas.
La tensión se agravó cuando Lacalle Pou dijo precisamente que el Mercosur “no puede ser un lastre” ni “un corset” que impida el avance comercial de su país.
El Mercosur no permite a sus miembros negociar acuerdos comerciales por separado sin la autorización de otros países miembro. Es justamente esto lo que Uruguay y Paraguay reclaman cambiar desde hace más de una década.
En ese sentido, Abdo propició: “Las negociaciones externas que sean conjuntas y coordinadas, pero que no sean una barrera a nuestro desarrollo. Que las ideologías no contaminen”.
30 años de luces y varias sombras
Treinta años después de la creación del Mercosur, hay varios obstáculos que entorpecen las negociaciones con la Unión Europea, bloque con el que el Mercosur negoció por dos décadas un acuerdo comercial aún pendiente de aprobaciones parlamentarias.
Lejos de aquel fundacional Tratado de Asunción en 1991, el modelo de integración vuelve a estar en discusión.
“Una importante reducción del Arancel Externo Común y una flexibilización en la negociación con terceros países, lo direccionan a una simple zona de libre comercio”, dijo Fernando Masi, analista de ‘Mercosur abc’.
En la reunión también participaron los mandatarios Sebastián Piñera (Chile), como Estado asociado, y Luis Arce (Bolivia), en proceso de incorporación plena al bloque.
En tres décadas, el bloque tuvo marchas y contramarchas, sin poder aún trazar una unión aduanera perfecta, con un arancel externo perforado por excepciones, y asimetrías internas que perjudican a las economías más pequeñas de Uruguay y Paraguay.
También hay cambios radicales como la relación con China, que solo representaba el 3% de las ventas externas del bloque. Ahora China es el principal destino de exportación. Casi uno de cada cuatro dólares exportados se dirigen al gigante asiático y es el primer origen de las importaciones del Mercosur, desplazando a Estados Unidos, según la consultora Abeceb.com.
El bloque vende el 63% de la soja del mundo, y es el principal exportador mundial de carne vacuna y de pollo, de maíz, café y hierro, así como también el octavo productor mundial de automotores.
Su PBI alcanzó en el 2019 los US$ 2.4 billones.
El Mercosur nuclea casi 300 millones de habitantes y una superficie cercana a los 15 millones de kilómetros cuadrados, similar al tamaño de Rusia.