El ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, propuso este miércoles a sus pares del G20 poner en marcha una “nueva globalización socioambiental” que no se rija por las ganancias “inmediatas”, con el objetivo de reducir la creciente desigualdad en el mundo.
En el discurso de apertura del encuentro, Haddad criticó que la integración económica global se confundió en las últimas décadas con la “liberación de mercados, la flexibilización” en el mercado de trabajo, la “desregulación financiera” y la “libre circulación de capitales”.
La reunión de ministros de Economía del G20 se celebra entre este miércoles y jueves en el Pabellón de la Bienal de la ciudad de São Paulo, centro financiero de Brasil, país que ostenta este año la Presidencia del G20.
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Haddad, que participó de forma remota tras dar positivo en covid-19, subrayó la necesidad de avanzar en temas como el combate a la pobreza y la desigualdad, la financiación “efectiva” del desarrollo sostenible, una “tributación justa” y el “endeudamiento crónico de varios países”.
“Somos conscientes de que la coyuntura económica global es desafiante”, admitió.
En este contexto, hizo un repaso del proceso de globalización impulsado en las últimas décadas, que en su opinión se ha movido entre su desarrollo “desenfrenado” y “su negación”.
Reconoció que permitió que millones de personas salieran de la pobreza, “especialmente en Asia”, pero también generó un “aumento sustancial de la desigualdad”.
“Es una situación insostenible que el 1% más rico tenga el 43% de los activos financieros”, denunció.
Asimismo, dijo que las crisis financieras de este siglo expusieron “las limitaciones de la globalización” en los términos en que estaba planteada y que ahora se suman nuevos desafíos que exigen una respuesta de “emergencia”, como la crisis climática.
En su intervención, Haddad señaló que estos nuevos desafíos golpean a los países pobres y ponen en riesgo sus exportaciones, problema agravado por la “creciente ola proteccionista” puesta en práctica tras la pandemia de covid-19.
“La pobreza y la desigualdad necesitan ser enfrentados como desafíos globales”, por eso es necesario una “alianza global” que se guíe bajo los principios de una “nueva globalización socioambiental”, manifestó.
“Hay que redefinir la globalización” para que los “flujos de capital vaya adonde están las mejores oportunidades”, sin mirar las ganancias “inmediatas” y “sí criterios sociales y ambientales”, añadió.
Posteriormente, el presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, afirmó que, pese al reciente “progreso” en el control de la inflación a escala global, todavía hay “riesgos” por delante y “trabajo por hacer”.
Campos Neto sostuvo que la mayor contribución de los bancos centrales para el crecimiento sustentable es mantener la inflación “baja y predecible”, ya que las subidas de precios dañan de forma “desproporcionada” a los más pobres.
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