El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, atacó la "psicosis ambiental" de los líderes europeos preocupados por los planes de su administración para desarrollar la selva tropical del Amazonas, e insistió en que las cifras que muestran un fuerte aumento en las tasas de deforestación son "mentiras".
"El Amazonas es de Brasil, no suyo", dijo en una reunión con periodistas extranjeros en el palacio presidencial de Brasilia. Al preguntarle por las cifras del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil, INPE, que muestran un aumento de 88% en la deforestación entre junio del 2018 y junio del 2019, dijo que los datos eran falsos y que convocaría al jefe del instituto para una explicación.
Bolsonaro defendió los planes de su gobierno de desarrollar la región e invitó a otros países a trabajar con Brasil para explotar su biodiversidad. Reiteró su invitación al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, a volar sobre el Amazonas para mostrarles cuánto permanece intacto.
Los líderes europeos han expresado en repetidas ocasiones su preocupación por las políticas ambientales de Bolsonaro. Legisladores irlandeses y franceses han amenazado con estropear el reciente acuerdo comercial de la Unión Europea con Mercosur a menos que haya cambios significativos en las prácticas actuales de Brasil.
El viernes, la revista local Veja publicó una entrevista con un miembro de un grupo autodenominado de ecoextremismo que anunció planes para asesinar al presidente por sus políticas ambientales. Bolsonaro minimizó su importancia. "Siempre habrá el riesgo de un ataque sobre mí o sobre cualquier otro líder mundial", dijo.
Medidas de estímulo
Con la economía brasileña al borde de otra recesión y el desempleo aún en dos dígitos, Bolsonaro dijo que la reforma pensional era solo un primer paso para mejorar sus perspectivas, pero que el gobierno no tiene el poder para crear empleos. También habló a favor de los planes para simplificar el sistema tributario, a fin de hacer de Brasil un lugar más fácil para hacer negocios.
Sobre la cuestión de la desigualdad, Bolsonaro criticó la "afirmación populista" de que algunos brasileños pasan hambre. "Es una gran mentira", dijo. “No se ve gente esquelética en la calle como en otros países. Brasil se ha convertido en el país de los beneficios", dijo, en referencia a los programas de asistencia social como Bolsa Familia.