La gran apuesta económica de Nayib Bukele, quien este domingo se presenta a la reelección inmediata en El Salvador, por la adopción del bitcóin como moneda de curso legal se presenta como uno de sus “fracasos” y un “hoyo negro” en las finanzas públicas a más de dos años de su implementación.
El Salvador captó la atención del mundo financiero en setiembre de 2021 con la adopción de la más popular de las criptomonedas, sin que se registre un uso masivo, ni se hayan materializado las expectativas que generó un proyecto criticado por su opacidad.
“Sí podríamos hablar de fracaso en términos de no cumplir los argumentos que se esperaban, las razones por las cuales inicialmente se impulsó la medida”, dijo a EFE el economista José Luis Magaña.
La iniciativa, dice, ha dejado “un hoyo negro en las finanzas públicas” a raíz de que la información relacionada con los más de US$ 200 millones utilizados para su implementación, las supuestas compras diarias de Bukele, la instalación de cajeros y su mantenimiento se ha puesto bajo secreto.
Recordó que las tres “grandes promesas” fueron la inclusión financiera, crecimiento de los flujos de inversión extranjera directa, que a su juicio “tampoco ha tenido un cambio significativo”, y las remesas vía bitcóin, pero “ninguna de las tres cosas realmente se ha cumplido”.
De acuerdo con una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), el 88% de los salvadoreños no utilizó la criptomoneda bitcóin durante 2023.
Según cifras del Banco Central de Reserva (BCR), las remesas familiares recibidas mediante billeteras de criptomonedas en El Salvador registraron una caída del 34.5% en 2023, respecto a 2022, suponiendo solo el 1% de las remesas totales de US$ 8,181.79 millones.
Sin efectos en otras áreas
De acuerdo con Magaña, la adopción de esta criptomoneda tampoco ha representado cambios en otros aspectos económicos del país, como la pobreza, que ha tenido “aumentos significativos”.
“Me parece que va a cerrar, según las estadísticas, como el primer gobierno donde la pobreza es mayor cuando sale que cuando entra”, indicó a EFE.
Cifras oficiales indican que la pobreza monetaria pasó en 2019 del 22.8% de los hogares al 26.6%, con un crecimiento de 3.8 puntos porcentuales.
Solo la pobreza extrema en estos cuatro años que miden la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples paso del 4.5% de los hogares en 2019 al 8.6% en 2022.
Sobre la previsible continuidad del proyecto, señaló que es una medida que ha sido demasiado publicitada para que el Gobierno de Bukele retroceda, en especial en un previsible segundo mandato.
Pero un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional “se vuelve cada vez más necesario”, por lo que se podría bajar el perfil de la iniciativa, dado que en 2021 fue uno de los frenos para recibir unos 1,400 millones.
Además para 2022 se esperaba que el Gobierno salvadoreño colocara bonos de bitcóin, conocidos como Bonos Volcán, por 1.000 millones de dólares para financiar la construcción de Bitcóin City en el oriente del país, pero no se realizó el movimiento financiero ni la construcción del proyecto.
En las calles
En las calles de San Salvador el bitcóin está presente, se admite en algunas joyerías, cafeterías, pero menos que lo que había pronosticado Bukele.
En el centro histórico de la ciudad, cerca de la plaza donde se encuentra la catedral, la gran Biblioteca Nacional recién inaugurada y el Palacio Nacional, con los preparativos a pleno rendimiento para acoger aparentemente el domingo el discurso del nuevo presidente, se encuentran dos pequeños kioskos de bitcóin, conocidos como Chivo.
En ellos hay un cajero de bitcóin y varios jóvenes que asisten a los usuarios a la hora de retirar su dinero o iniciarse en este dinero virtual. Explican a EFE que en los cajeros se pueden ingresar entre 100 y 1,000 dólares al día y retirar entre 20 y 1,000 dólares. Allí acude sobre todo gente que recibe remesas, pequeños inversionistas, y “extranjeros que viene a retirar su bitcóin porque en sus países no lo pueden retirar”.
En una cafetería próxima, donde admiten bitcóin, se ve a dos jóvenes trabajando en sus ordenadores portátiles, decorados con pegatinas con el logo de la moneda virtual. Son trabajadores de la compañía Plan B Network, que definen como “una universidad en línea acerca del bitcóin”.
“Tenemos un proyecto en El Salvador (para) implementar en diferentes escuelas del país, enseñarles a los niños qué es el bitcóin, cómo funciona y cómo pueden utilizarlo en su vida”, afirma a EFE Jonathan Ramos. Este año, dice, están acudiendo una vez por semana a los colegios.
Ramos reconoce sin embargo que en el país no se dio “la adopción masiva que se esperaba o que se creyó al principio”, pero anota que tras el “bajón” del primer año, en el segundo ha aumentando la implementación, y destacó los extranjeros que llegan a las comunidades en el país donde el bitcóin se ha implementado de manera generalizada, o las empresas salvadoreñas “que han nacido y se han enfocado en bitcóin y están tratando de crecer con eso”.
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