La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó que el emisor de la eurozona está preparado para “ajustar todos sus instrumentos como sea apropiado” para asegurar el aumento de la inflación hacia su objetivo en el entorno de “alta incertidumbre” causado por la pandemia.
La meta del BCE es que la tasa de inflación se mantenga en una cota próxima pero inferior a 2%, pero en agosto se situó en -0.2%.
En una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, Lagarde subrayó que la recuperación económica en la eurozona tras la pandemia “sigue siendo incompleta, incierta y desigual”.
Recordó que las últimas previsiones del BCE prevén que el PBI de la eurozona caiga un 8% este año y que en el 2021 vuelva a crecer, 5%, y en el 2022 aumente 3.2%.
La fortaleza de la recuperación, señaló, depende en gran medida de la evolución de la pandemia de COVID-19 y del éxito de las medidas de contención, y la crisis sanitaria “seguirá pesando en la actividad económica y plantea un riesgo a la baja para la previsión económica”.
El agudo declive de la economía en la primera parte del año ha pesado sobre la tasa de inflación, que se situó en el -0.2% en agosto, y el BCE espera que esta siga siendo negativa en los próximos meses debido a la caída de los precios de la energía, la mayor fortaleza del euro y una reducción temporal del IVA en Alemania.
Fráncfort calcula que la tasa anual de inflación cierre el 2020 en el 0.3% y aumente al 1% en el 2021, todavía muy por debajo de su objetivo.
En este contexto, Lagarde recordó que el BCE mantendrá su programa de compra de activos por la pandemia “al menos hasta el 2021 y, en todo caso, hasta que el Consejo de gobierno juzgue que la fase de crisis del coronavirus ha terminado”.
El programa se puso en marcha en marzo con una dotación de 750,000 millones de euros y se aumentó en junio hasta los 1.35 billones de euros.
“En el actual entorno de elevada incertidumbre, el Consejo de Gobierno evaluará cuidadosamente toda la información que llegue, incluyendo sobre la evolución del tipo de cambio, en relación con sus implicaciones para la perspectiva de inflación a medio plazo”, dijo.
El organismo, añadió, “sigue estando listo para ajustar todos sus instrumentos, como sea apropiado, para asegurar que la inflación se mueve hacia su objetivo de modo sostenido”, añadió la jefa del BCE.
“Estamos lejos del objetivo y no somos complacientes, pero hemos demostrado que cuando se trata de recalibrar nuestros instrumentos, aumentar su tamaño, siempre estamos listos para hacerlo para cumplir nuestro mandato”, dijo Lagarde, quien defendió que las medidas adoptadas hasta ahora han sido “proporcionadas”.
Añadió que en las próximas semanas prestarán atención a la información que les llegue para ver cómo proceder.
Por otro lado, Lagarde se refirió al Fondo de Recuperación acordado por la UE en julio, que llamó a “utilizar no solo a tiempo, sino de modo que impulse el crecimiento a largo plazo y apoye objetivos comunes de la UE”.
Además, Lagarde anunció que el BCE publicará a partir de ahora las opiniones de su comité de ética en casos de conflictos de interés o sobre los empleos ofrecidos a antiguos miembros de la directiva del emisor europeo, una medida de “transparencia” que complementa el código de conducta puesto en marcha por la institución.