Los principales banqueros de Alemania expresaron su preocupación por los riesgos a los que se enfrenta la mayor economía de Europa, a medida que aumenta la inquietud por una inminente crisis del gas.
Alemania, que depende en gran medida del gas ruso para alimentar una economía basada en las exportaciones, se está preparando para un posible cese total de los suministros rusos si Moscú intensifica su uso del gas como arma económica contra Occidente durante el conflicto en Ucrania.
El problema del gas ha contribuido y se ha sumado a las crecientes tasas de inflación de 8%.
Christian Sewing, director general de Deutsche Bank, dijo que la inflación tiene un “enorme potencial perturbador” y aumenta los riesgos de una recesión mundial el año que viene.
Bettina Orlopp, directora financiera de Commerzbank , dijo en la misma conferencia que los riesgos para la economía son ahora tan grandes como durante la crisis de la deuda europea de hace una década.
Las dos mayores entidades financieras de Alemania están llevando a cabo importantes revisiones, que incluyen recortes de personal y otras reducciones de costos, en un esfuerzo por restablecer unos beneficios sostenibles, con algunos resultados.
No obstante, los precios de las acciones de ambos bancos han languidecido durante años, sobre todo en los últimos tiempos, cuando se intensificó la preocupación por el suministro de gas.
Deutsche y Commerzbank perdieron alrededor de un 12% cada uno el 23 de junio, el día en que Berlín pasó a la segunda de las tres fases de su plan de emergencia de suministro energético.
Ambos bancos se han desplomado más de un 20% en el último mes, en comparación con la caída de un índice amplio de bancos europeos de un 8.3%.
A principios de año, Deutsche Bank aumentó sus previsiones de provisiones de riesgo para todo el año debido a la guerra en Ucrania y su impacto en la economía.