La ley para que los civiles puedan tener armas con las que defenderse ante la invasión rusa ha generado en Ucrania un debate entre quienes la ven necesaria por la guerra y los que temen qué pasará cuando termine el conflicto.
Un 60% de los ucranianos la apoya, según fuentes del Ministerio del Interior de Ucrania, y eso parece al preguntar a la gente en la calle en Dnipro, en el sureste del país.
“Los rusos están cometiendo muchos crímenes no solo contra nuestros solados, sino también contra nuestras mujeres, están matando niños, necesitamos armas para defender a nuestras familias, a nuestro país”, dice Vitaliy.
Este hombre de 37 años duda en cambio al responder sobre qué pasará después de la guerra si muchos civiles siguen armados: “puede ser un problema, pero ahora no sabría qué decir”.
El temor a criminales
Le acompaña Nicolay, de 40 años, en la Plaza de los Héroes, un céntrico parque en esta ciudad industrial de casi un millón de habitantes.
“Puede haber otra guerra, si grupos de criminales aprovechan esa ley para hacerse con armas, los civiles tendrían que devolverlas” cuando acaben los combates con los rusos, advierte.
Está previsto que la norma dure mientras esté declarada la ley marcial y que cuando termine la guerra los civiles tengan que entregar las armas a la Policía, pero hay quien cree que debería seguir en vigor incluso después.
Vladyslava, de 30 años, es más contundente en su apoyo a que la población ucraniana pueda tener armas de fuego: “es mejor que nada, por esta guerra y por otras cosas también”. “No será un problema después de la guerra, la gente sabe lo que tiene que hacer”, asevera esta mujer.
Tymur, un joven de 28 años, coincide en que armar a civiles es necesario “para protegernos y para estar acostumbrados a manejarlas, siempre de una forma controlada, con unas normas iguales para todos”, asegura.
A su juicio, no habrá mayor problema cuando acabe la guerra, cada cual sabrá actuar de forma responsable, como ya sucedía antes con las armas autorizadas para la caza, e incluso “será mejor para todos, tener la capacidad de usarlas, siempre de acuerdo a la ley”.
Pocas opiniones en contra
Sin embargo, cuesta encontrar a alguien como Oksana, una mujer de 41 años, que esté en contra.
“Las armas tienen que ser solo para militares y policías, a mí me da miedo, habrá civiles que las usen para cometer crímenes”, sentencia, temerosa de que tras la guerra “habrá problemas”. “Tienen que estar controladas, para mucha gente no son adecuadas”, declara.
Por un lado, el asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, Vadym Denysenko, ha advertido que hay que evitar que caigan en manos de personas con antecedentes penales o mentalmente no preparadas.
Por otro lado, un portavoz del mismo ministerio, Denys Monastyrky, ha asegurado que miles de armas han sido distribuidas en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa el pasado 24 de febrero y tras más de cien días de guerra no ha habido problemas, pues la mayoría están en el frente.
Antes de la invasión un tercio de los encuestados estaba a favor, pero luego el apoyo subió a los dos tercios, según este portavoz.