El canciller alemán, Olaf Scholz, rechazó este sábado la posibilidad de que Alemania contraiga nueva deuda para financiar amplios programas de ayuda a la economía como en el pasado, así como la posibilidad de traer de vuelta la energía nuclear tras la desconexión de los últimos reactores en primavera.
”Entrar en un modo donde 100.000 millones de deudas al año es algo totalmente normal no sería bueno”, afirmó en una entrevista con la cadena de radio “Deutschlandfunk”.
De este modo, excluyó la posibilidad de hacer caso de las peticiones de subvencionar a gran escala el precio de la electricidad industrial que han llegado en las últimas semanas desde el sector, desde la oposición democristiana y de algunas facciones de su coalición de Gobierno de socialdemócratas, verdes y liberales.
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Inversiones de este tipo se realizaron en respuesta a la pandemia y a la crisis de los precios de la energía desencadenada por la invasión rusa de Ucrania, recordó, con el fin de que estas situaciones “no destruyeran la economía”.
Este objetivo se logró, pero dichos casos no pueden considerarse la “regla”, subrayó el canciller, que indicó que en términos políticos “todos se han acostumbrado a cifras que son injustificadas en una situación normal”.
”Es más fácil proponer cómo gastar dinero que de dónde sacar ese dinero”, criticó.
Por el contrario, para Scholz la solución pasa por establecer las condiciones para que los precios de la energía bajen de forma estructural gracias a una producción barata de energías renovables.
El canciller rechazó taxativamente la posibilidad de volver a insuflar vida a la energía nuclear, como propusieron la semana pasada sus socios de coalición liberales, después de que los últimos tres reactores en activo fueran desconectados la pasada primavera.
”La energía nuclear se acabó, ya no se usa en Alemania”, afirmó y señaló que, puesto que el desmantelamiento de las centrales ya ha comenzado, se trata de un “caballo muerto”.
Construir reactores nuevos costaría entre 15.000 y 20.000 millones de euros por cada unidad y no estarían operativos hasta dentro de 15 años, indicó.
Por ello, es mucho más lógico invertir en reforzar la producción de energías renovables a partir de fuentes como la solar, la eólica o la biomasa, dijo el canciller, para alcanzar el objetivo a final de esta década de que el 80 % de la electricidad se genere de forma limpia.
”Éste es el camino por el que vamos”, afirmó.
(Con información de EFE)