La diversificación de los proveedores no será suficiente y la Unión Europea (UE) tendrá que reducir todavía más su demanda de gas para acumular reservas si quiere pasar el invierno sin gas ruso, advirtió la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
“No debemos confiar únicamente en los recursos de gas no rusos: simplemente no van a ser suficientes en volumen para sustituir las entregas de Rusia”, subrayó el director de la agencia, Fatih Birol en un artículo publicado por su organización.
“Y eso incluso si el suministro de Noruega y Azerbaiyán fluye al máximo de su capacidad, incluso si las entregas del norte de África se acercan a los niveles del año pasado, e incluso si el crecimiento de los flujos de GNL [Gas Natural Licuado] mantiene su ritmo del primer semestre”, añadió.
Rusia ya empezó a cerrar el grifo y los europeos temen una interrupción total del suministro en respuesta a las sanciones contra la invasión de Ucrania, “una alerta roja” para la UE, según Birol, un economista.
Según un análisis de la AIE, el continente tendría que almacenar 12,000 millones de m3 de gas (suficiente para llenar 130 buques de GNL) en tres meses, para tener el suministro asegurado, con el 90% de las existencias llenas.
Frente a esta situación, la AIE recomienda urgentemente medidas como sistemas de subasta para la venta de gas a la industria, favorecer temporalmente otras fuentes de electricidad, incluidos el carbón y el petróleo, y suavizar los picos de consumo de gas y electricidad mediante una mayor coordinación europea.