El 15 de noviembre habrá 8,000 millones de personas en la Tierra. ¿Son demasiadas? No necesariamente, responden los expertos que alertan más bien del excesivo consumo de los recursos en el lado más rico del planeta.
“8,000 millones es un hito capital para la humanidad”, dice la jefa del Fondo de Naciones para la Población, la panameña Natalia Kanem, que se alegra del aumento de la esperanza de vida y de la caída de la mortalidad infantil y materna.
“Sin embargo, me doy cuenta de que no todo el mundo lo celebra. Algunos están preocupados por la sobrepoblación, con demasiadas personas y recursos insuficientes para vivir”, agrega antes de instar a no tener “miedo” de la cantidad.
¿Pero somos demasiados en el planeta? No es la buena pregunta, responden muchos expertos que rechazan la idea de la sobrepoblación y prefieren hacer hincapié en el consumo excesivo de los recursos por los países desarrollados.
“¿Demasiado para quién? ¿Para usted? ¿Para qué? Si me pregunta si estoy demás, no lo creo”, responde a la AFP Joel Cohen, de la Universidad Rockeffeler en Nueva York.
“Creo que la pregunta sobre la cantidad de personas que la Tierra puede aguantar es una pregunta con dos caras: las restricciones o los límites naturales y las decisiones que toman los humanos”.
“Glotones”
Esas decisiones hacen que consumamos muchos más recursos biológicos (bosques, peces, tierras...) de lo que el planeta Tierra puede regenerar cada año, y el excesivo consumo de energías fósiles, que generan cada vez más emisiones de CO2 responsables del calentamiento.
En cuanto a los recursos, se necesitarían 1,75 tierras para satisfacer las necesidades de la población de manera sostenible, según las ONG Global Footprint Network y el WWF.
En el caso del clima, el último informe de los expertos del clima de la ONU (Giec) señala que el crecimiento de la población es uno de los motores mayores del alza de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero menos que el crecimiento económico.
“A menudo, somos estúpidos. Nos ha faltado visión. Somos glotones. Es ahí donde radica el problema y las decisiones”, dice Joel Cohen, que insta no obstante, a que no consideremos la humanidad como una “plaga”.
“Nuestro impacto en el planeta está determinado más por nuestro comportamiento que por la cantidad” de gente, dice por su parte Jennifer Sciubba, investigadora del centro de análisis Wilson Center.
“Es cómodo y perjudicial seguir culpando a la sobrepoblación” en lugar de cambiar el comportamiento de los países ricos.
Si todo el mundo viviera como un habitante de India, la humanidad solo necesitaría 0,8 planetas cada año, frente a los más de 5 planetas para un habitante de Estados Unidos, según el Global Footprint Network y el WWF.
Pero los 8,000 millones de seres humanos ya están aquí y la población va a seguir creciendo, a 9,700 millones en el 2050, según la ONU. Dado el número de jóvenes, la población seguiría creciendo aunque los países con mayor tasa de fecundidad cayera a dos niños por mujer.
Derechos de la mujer
La fecundidad está directamente ligada al derecho de la mujer, lo que provoca reacciones inmediatas de defensa en los partidarios de que “somos demasiados”.
La ONG Population Matters (La Población importa) insta también a una reducción de la población mundial, pero “únicamente por medios positivos, voluntarios y con respeto a los derechos”, explica a la AFP su director Robin Maynard, que se opone a cualquier “política de control” de la natalidad impuesta por el estado.
El Proyecto Drawdown apuesta por la educación y la planificación familiar, entre las 100 soluciones que propone para frenar el calentamiento. “A nivel mundial, una población menor con niveles de un consumo sostenible permitiría reducir la demanda energética, de transportes, materiales, alimentos y recursos naturales”, asegura.
Y es que “cada persona nacida (...) genera un estrés adicional al planeta”, dice por su parte Vanessa Pérez, analista del World Resources Institute.
“Somos demasiados desde hace tiempo”, pero “es un asunto muy espinoso”, reconoce a la AFP, aunque no quiere que las “élites se apropien del relato para pedir un tope del crecimiento demográfico en los países del Sur”.
Prefiere que el relato se centre en la “equidad” y la “distribución” de los recursos, en particular, en el acceso a los alimentos.
Aunque matemáticamente se producen alimentos para 8,000 millones de personas, “800 millones, una de cada diez, sufren una malnutrición crónica”, dice Joel Cohen.
“El concepto de ‘demasiado numerosos’ es una distracción de los verdaderos problemas relacionados con el bienestar de la especie humana y de las especies con las que compartimos el planeta”, concluye el experto.