Cándido Velázquez-Gaztelu ha sido un gestor de empresas durante toda su vida laboral, aunque, probablemente, se le recordará, sobre todo, por su etapa de siete años y medio al frente de Telefónica, en la que le tocó lograr los primeros éxitos en el proyecto de internacionalización de la firma española.
Velázquez, de 76 años, estudió Derecho e Intendencia Mercantil (similar a la actual carrera de Administración de Empresas).Uno de los empleos que más le marcó fue en Coca-Cola, una buena escuela para aprender técnicas de marketing moderno y donde se acabó de decantar su vocación comercial.
En el momento justoEn diciembre de 1982, y de la mano del Gobierno socialista, asumió la presidencia de la empresa Tabacalera, uno de los grandes transatlánticos del sector público empresarial español. Ese encargo lo situó en la primera fila del sector público empresarial.
El ejecutivo se encontraba en el momento y sitio adecuado cuando a finales de 1989 se produjo el cese de su antecesor en la presidencia del gigante español de las telecomunicaciones, Luis Solana, debido a sus enfrentamientos con el entonces ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.
Cándido Velázquez-Gaztelu asumió la presidencia de Telefónica en enero de 1990 y de inmediato se ocupó de un ambicioso plan de inversión para mejorar la capacidad de la red.
El crecimiento económico español y la insuficiencia de la red provocaron listas de espera de más de 600 mil clientes, que esperaban meses por una línea telefónica.
Hacia el surLas listas de espera provocaron un fuerte aumento de la plantilla, que llegó a un pico de 75 mil empleados en España en 1992 -frente a los 32 mil de hoy–. La Telefónica de Cándido Velázquez aprovechó las privatizaciones de las operadoras latinoamericanas para ampliar la base nacional de la operadora. Así, culminó el proceso de entrada en las telecomunicaciones argentinas tras la privatización de la operadora estatal, un proceso continuado por la compra de operadoras en Chile, Puerto Rico, Marruecos, Perú y un primer paso en Brasil.
La llegada del móvil"A mí me tocó una etapa muy buena", señala el ex presidente. "No solo arreglamos el problema de las listas de espera, sino que logramos aprobar la asignatura pendiente de la extensión de la telefonía fija a zonas rurales y nos tocó la llegada de la telefonía móvil y los inicios de Internet", recuerda.
Pero de lo que está más orgulloso es de haber aplicado su inclinación hacia lo comercial, que había aprendido en compañías de gran consumo como Coca-Cola o Tabacalera.
Esa capacidad lo llevó a convertir Telefónica –gestionada por ingenieros– "en una compañía con espíritu comercial, donde el marketing tuviera importancia y se cuidara a los clientes", a pesar de que todavía operaba en monopolio.
EstiloVelázquez recuerda que cuando llegó a la operadora, "a los clientes les llamaban abonados. Yo lo prohibí".Velázquez, que mantiene su tradicional simpatía y don de gentes, ha hecho gala toda su vida de una gran lealtad a las compañías en las que trabajó. "Yo no me he tomado una Pepsi en la vida, ni he fumado cigarrillos que no fueran de Tabacalera".
OTROSÍ DIGO¿Y ahora qué hace el ejecutivo?Actividad. El ejecutivo mantiene una moderada actividad profesional. Tras su salida de Telefónica participó en algunos consejos de administración, como el de la empresa textil Adolfo Domínguez. Actualmente, está presente en el consejo de administración de Abengoa Bioenergía, así como en el del grupo ZED, el holding productor de contenidos digitales controlado por los hermanos Pérez-Dolset.