
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca se ha traducido rápidamente en una revisión de varias iniciativas de Estados Unidos (EE.UU.) en materia de políticas ESG. Con la firma de una serie de órdenes ejecutivas, el nuevo presidente ha instaurado rápidamente su visión en esta materia. La pregunta es cómo esta reorientación de uno de los principales socios de nuestro país puede influir en el accionar de las empresas peruanas.
Bajo la visión de sostenibilidad empresarial, en Perú se han dado importantes pasos en los últimos años. En ese aspecto, el Ministerio del Ambiente (Minam) ha promovido el financiamiento de bionegocios, así como colocación de créditos bajo el estándar de finanzas verdes.
Sin embargo, el viraje de EE.UU. en ESG podría “salpicar” la política empresarial peruana en estos asuntos. Aunque, de acuerdo con expertos consultados para este artículo, su repercusión no sería igual en todas sus dimensiones.
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La visión de Trump sobre ESG
Las políticas ASG o ESG, por sus siglas en inglés, implican la aplicación de principios en asuntos ambientales, sociales y de gobernanza en el ámbito empresarial.
En los tres campos, Trump ya hizo ajustes en la política estadounidense. Las más conocidas son el retiro de su país del Acuerdo de París y el congelamiento de los fondos de USAID para el financiamiento de varios proyectos en todo el mundo, incluido Perú.
En materia ambiental también retiró una serie de incentivos a los vehículos eléctricos que había promovido Joe Biden, su predecesor.
El nuevo mandatario de EE.UU. dispuso además la eliminación de las divisiones gubernamentales vinculadas con diversidad, equidad e inclusión (DEI). Si con eso no está clara su postura en esos temas, Trump también derogó una orden ejecutiva vinculada al combate contra la discriminación.
El presidente republicano eliminó un decreto vigente desde 1965 que prohibía al Gobierno discriminar en sus contrataciones, despidos, ascensos y sueldos. En el frente de gobernanza, Trump también ha sacudido a su país.
El 10 de febrero firmó otra orden ejecutiva que ordenó al Departamento de Justicia de EE.UU. no aplicar más la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA). Esta norma, vigente desde 1977, era considerada un baluarte a nivel internacional para el combate de la corrupción.
A Micaela Rizo Patrón, gerenta general de Perú Sostenible, estas acciones le parecen decepcionantes para un país de la envergadura y grado de influencia como es el caso de EE.UU.

“A título personal me parece lamentable porque son decisiones que tienen detrás una estrategia de división. Vinculado a las empresas, creo que la sostenibilidad no debería politizarse. Con ello se busca el desarrollo, el bienestar, y ahí las empresas juegan un rol clave”, sostuvo.
Si bien Trump entró, como se dice, “con fuerza”, para Marta Tostes Vieira, exdecana y profesora principal de Gestión PUCP, este tipo de decisiones tomadas ahora por el presidente republicano no son ninguna novedad.
“Firmar medidas controversiales es algo que ha hecho desde sus primeros días de Gobierno, como retirar a EE.UU. del acuerdo climático de París. Pero, es un escenario similar a su administración anterior, la respuesta empresarial es muy heterogénea”, aseguró.
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Las áreas de influencia de Trump en Perú
Lo que señala la profesora de la PUCP es cierto. Dentro del mismo EE.UU. se han formado “bandos empresariales” en torno a qué decisiones tomar tras las órdenes ejecutivas de Trump referidas a ESG.
Por ejemplo, importantes bancos como Bank Of America, JP Morgan y Goldman Sachs, entre otros, decidieron dejar la iniciativa Net Zero Asset Managers. Este proyecto, que respaldaba las Naciones Unidas, buscaba que alineen sus actividades financieras con emisiones cero de gases de efecto invernadero para 2050.
En el frente de la diversidad, Meta anunció que disolvería sus unidades DEI. Pero otras tecnológicas, como Microsoft y Apple han decidido mantenerlas.
Frente a este escenario, José Luis Ruiz, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico (UP), explicó que el reflejo de esta postura estadounidense en Perú dependerá mucho de la dimensión ESG que se analice.
“Hay varias caras en una misma moneda. El cambio climático es innegable. Los inversionistas se preocuparán igual, más allá del Gobierno, por cómo las empresas gestionan estos riesgos que pueden afectar el retorno de su inversión”, refirió.
De hecho, en el Perú, como contó Gestión, el Minam tiene el objetivo de que el 3% de los recursos del sector financiero privado hacia el 2030 estén dirigidos hacia proyectos verdes ambientales.
Para ello, han diseñado productos con cajas municipales y hasta organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta revista buscó a la cartera para tener detalles actualizados de estos avances, pero no hubo respuesta.
Por su parte, si bien Rizo Patrón consideró que pueda haber cierto retroceso en algunos frentes locales, lo que debe primar en el análisis ESG de las empresas peruanas es el contexto local.

“La forma en la que los inversionistas miden lo ESG no va a cambiar. Es necesario ver oportunidades de reducir los riesgos. Somos un país muy vulnerable al cambio climático”, recalcó.
En este escenario cambiante, porque Trump podría seguir desregulando en EE.UU., Tostes resaltó que deberá primar la llamada autorregulación entre las empresas peruanas.
“Claramente hay impacto internacional, pero la autorregulación sostenible empresarial también puede escalar. Dependerá mucho de la empresa y lo expuesta que esté a mercados internacionales por su sector”, estimó la profesora PUCP.
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Europa también influye en ESG
En el marco internacional, recalcan las voces consultadas por Gestión, también hay otro actor que hace ruido en materia ESG. Y a un ritmo y tono muy distinto que EE.UU.
La Unión Europea (UE), apuntó Ruíz, ha robustecido en los últimos años su legislación y exigencias para acceso de productos con disposiciones de respeto al medio ambiente y la promoción de otras políticas en favor de la diversidad y gobernanza.
Uno de ellos, como también detalló Gestión, ha sido el café. “Europa siempre se ha movido mucho más en estos asuntos. Incluso con todo lo que pudo haber promovido Biden, desde antes ya le llevaba mucha ventaja a EE.UU.”, remarcó.
El profesor de la UP, al igual que Tostes, plantearon que empresas exportadoras peruanas deberán analizar cuál será la “respuesta” de la UE ante este viraje en sentido contrario al suyo en sostenibilidad empresarial.

“En Europa preocupa la competitividad. Sus regulaciones son mucho más estrictas que las de EE.UU. No quieren salir de ellas, pero si ven que EE.UU. hace esta especie de ‘competencia sucia’, tendrán que tomar medidas”, indicó la profesora de la PUCP.
Por ello, Rizo Patrón reiteró que las firmas peruanas deberán buscar una estabilidad propia entre lo agitado que pinta, por ahora, el terreno internacional en materia ESG.
“La COP 30 será en Brasil. Es una gran oportunidad para los países latinos, sobre todo bajo la mirada de bonos de carbono, biodiversidad y más. Perú ahí tiene una ventaja competitiva. No puede parar”, manifestó la líder de Perú Sostenible.
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Licenciado en Comunicaciones con especialidad en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde escribió en el portal Somos Periodismo y la revista Impresión. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Desde 2020 cubre temas económicos, políticos y sociales.
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