FOTOS | Estás a punto de conseguir un nuevo cliente y tu emprendimiento puede despegar si logras hacer esa venta, pero la forma de expresarte empieza a ponerla en riesgo porque te invade la inseguridad y empiezas a tener muletillas en repetidas ocasiones. ¿Te ha pasado o has escuchado a conferencistas, oradores y figuras públicas que repiten una y otra vez una frase o una palabra hasta el cansancio? Eso es una muletilla y se utilizan para llenar el discurso cuando faltan las ideas, es más frecuente en personas que suelen leer poco, tienen un léxico sumamente limitado, o son muy nerviosos al exponerse en público.
En realidad estas repeticiones no tienen sentido, pues en lugar de enriquecer el mensaje que quieres transmitir, el discurso se vuelve aburrido, cansado y transmite falta de preparación, creatividad, poco léxico, bajo profesionalismo, inseguridad y miedo a hablar en público. Como es un efecto vocal producido en la mente de las personas, se vuelve parte del vocabulario cotidiano y entonces las utilizan de forma insconsciente al hablar.
Algunas de las muletillas más frecuentes son: este, pero, eh, a ver, ¿se entiende?, ¿hace sentido?, mmm, asimismo, ¿no?, ¿sí?, ok, pero, bueno, o pues nada. ¿Cuántas de ellas has dicho?
Un discurso lleno de muletillas refleja la pésima preparación y altera completamente la comunicación, incluso puede afectar tu marca personal. Entre más preciso sea el lenguaje, tendrás mayores posibilidades de atrapar a quien te escucha y de proyectar una buena imagen. Por esta razón, aquí te compartimos ocho trucos prácticos para sacar las muletillas de tu lenguaje y no te arruinen el cierre de una venta.