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1 / 6 El método de Stanford. Investigadores de las áreas sociales de la Universidad de Stanford sintetizaron según su parecer, una fórmula ideal para disculparse, que abarca cuatro puntos: El primero es que entiendes y eres consciente de que te has equivocado. Segundo: asumes la responsabilidad, sin trasladarla a los demás. Te haces cargo. Tercero, es importante proponer un plan para resolver las cosas. Cuarto, te comprometes a accionar sin sobre reaccionar y a tomar recaudos en situaciones parecidas a futuro. (Foto: iStock)

2 / 6 El método de la reparación de daños. Primer paso: expresar un sincero arrepentimiento en forma breve, directa y sincera. No te va a ser de utilidad traer una lista de excusas y ‘peros’. Segundo: explicar desde tu perspectiva, qué consideras que salió mal, siempre que no haya sido tu intención. Aquí es importante explicitar y dejar en claro cómo te sentiste, y también, que puedes imaginar cómo lo vivió la otra parte. Este punto se propone generar empatía con los demás. (Foto: iStock)

3 / 6 El método P.A.N.D.A. Esta práctica surge de diversas investigaciones sociológicas y psicológicas, entre ellas las realizadas en base a la teoría de la auto transformación de la misma Universidad de Stanford, reflejadas en algunas publicaciones de psicología, como en PsychCentral a partir de experimentos sociales y estudios. (Foto: Freepik)

4 / 6 Técnica N° 1: Una forma de lograrlo es escribir la disculpa con todo detalle, honestidad y sentimiento, como si fuese una carta, de puño y letra. Luego, hacer una breve ceremonia de quemar esa carta imaginando que la otra persona ha recibido el mensaje. (Foto: iStock)

5 / 6 Técnica N° 2: Otro procedimiento que funciona es expresar gratitud por esa experiencia que fue desafortunada frente a esa persona que ya no está físicamente. La gratitud es una herramienta muy poderosa de sanación y tranquilidad interior, sobre todo para reparar situaciones del pasado. (Foto: Freepik)

6 / 6 Técnica N° 3: Si hay algún familiar de aquella persona con disposición a escucharte, poder expresarle personalmente las disculpas, como si lo hicieses con la persona original. Este ejercicio es más desafiante, por cuanto puede tratarse a veces de situaciones complejas o dolorosas. Si la persona lo sabe recibir y “pasar” a su familiar, puede ser reconfortante para quien se disculpa. (Foto: Difusión)


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