La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó que la contracción de la economía de Estados Unidos en el segundo trimestre es una señal de una desaceleración inevitable y significativa, pero sostuvo que la actividad sigue siendo fuerte, especialmente en cuanto al empleo.
Durante una conferencia de prensa, Yellen no descartó una recesión, en momentos en que la Reserva Federal (Fed) y el gobierno del presidente Joe Biden se esfuerzan por reducir una inflación que está en máximos de 40 años. Sin embargo, se negó a admitir que haya una tras dos trimestres de contracción del Producto Bruto Interno (PBI).
Yellen manifestó que la mayoría de los estadounidenses definen las recesiones como similares a las que se han producido en el pasado.
“Pérdidas sustanciales de puestos de trabajo y despidos masivos, cierres de empresas, ralentización considerable de las actividades del sector privado, presupuestos familiares sometidos a una inmensa presión un debilitamiento generalizado de nuestra economía. Eso no es lo que estamos viendo ahora”, dijo.
La economía de Estados Unidos se contrajo nuevamente en el segundo trimestre, durante un agresivo endurecimiento de la política monetaria de la Fed para combatir la alta inflación, lo que podría avivar el temor del mercado financiero a que ya se esté en una recesión.
Yellen comentó que los economistas deberían evitar una “batalla semántica” sobre el estado de la economía, pero afirmó que la principal preocupación de los estadounidenses sobre la economía es la inflación y el aumento de los costos, no el empleo.
“Creo que el malestar que sienten los hogares no se debe al mercado laboral. Los puestos de trabajo están fácilmente disponibles”, agregó.
Sostuvo que había algunos indicios de que otras presiones inflacionistas estaban empezando a retroceder, pero aclaró que no está claro cuánto tiempo llevaría este proceso, incluyendo el alivio de los cuellos de botella de la industria automotriz y de la cadena de oferta que han golpeado a la economía durante más de un año.