La actual campaña de uva de mesa en el norte del Perú, que comenzó a inicios de setiembre, estará marcada por dos novedades. Se concretará la primera exportación de la fruta fresca a Japón y se incrementará el volumen exportado de uva orgánica, luego que las cerca de 100 primeras hectáreas instaladas en Piura entraran a su segundo año de producción.
Aunque no es necesariamente un buen año para la agricultura, pues los costos de producción se han triplicado por el flete naviero y el precio de los fertilizantes, los productores de uva están escuchando la demanda de un consumidor internacional que está dispuesto a pagar más por alimentos ‘mas sanos’.
Así, en la región Piura, que albergó los primeros varietales de Red Globe, se instalaron las primeras hectáreas de uva blanca orgánica de todo el norte del país -pertenecen a las empresas Ecosac y Agrícola Saturno- las cuales entraron a fase de producción en la campaña 2021-2022. Esta será su segunda producción.
“Debemos tener no más de 100 hectáreas en conjunto. Esta es la segunda campaña, el volumen de producción se incrementará y permitirá mayores envíos a Inglaterra y Estados Unidos pero seguimos probando para ver si el precio justifica seguir o no con el cultivo orgánico”, dijo Guillermo León, presidente del Comité Agrícola de la Cámara de Comercio de Piura.
Y es que la producción por hectárea de uva orgánica es 30% menos respecto a la uva convencional pero a lo que apuntan los productores es a recuperar esa ‘pérdida’ con el precio. “La uva convencional se vende bien pero los clientes quieren orgánico y hay que ponerlo en la canasta. Por eso, los resultados de esta campaña serán claves para ampliar las hectáreas en los siguientes meses”, señaló.
Las ampliaciones se concentrarían en la zona de Medio Piura. Por su parte, León explicó que no sería rentable reemplazar hectáreas de uva convencional por orgánico pues el proceso de migración demoraría tres años.
Campaña de uva 2022-2023
Las bajas temperaturas (dos grados menos de lo normal) retrasaron la campaña temprana de uva de mesa en la zona del norte. La producción destinada a cosecharse en setiembre ahora saldría a mediados de octubre, afectando el volumen de exportación hacia los mercados de Centro América, Sudamérica (Colombia) y algo de Estados Unidos.
Sin embargo, se espera que la cosecha se normalice para fines de octubre, cuando comienzan los pedidos importantes a la Unión Europea y el Asia. Justamente, en este continente los productores de uva sumarán un nuevo mercado desde este año: Japón, que aprobó la autorización a finales del 2021. Una delegación del servicio de sanidad de dicho país llegará los próximos días a certificar los primeros campos de uva en Piura. Según León, este año se enviarían al menos seis contenedores de la fruta piurana.
A nivel general, en Piura se proyecta que, para la campaña 2022-2023, el volumen exportado aumente en 10% y totalicen 11,500 contenedores de 40 pies -70% uva blanca patentada, 25% Red Globe y 5% de uva negra-, producidos en 7,600 hectáreas. De este total -cabe indicar-, 600 hectáreas entraron en producción recién este año.
De acuerdo al Comité de Agroindustria de Piura, las zonas del norte (Trujillo, Chiclayo y Piura) ya han igualado a Ica respecto al número de hectáreas de uva de mesa y se prevé que en la próxima campaña la diferencia sea más notoria, considerando que la región del sur está limitada por la falta de agua.
En Piura el acceso al recurso hídrico también podría convertirse en un problema para la agroindustria a corto plazo, pues la represa de Poechos es insuficiente para abastecer a las nuevas zonas de cultivo. León ha exigido que el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego junto con el Gobierno Regional hagan posible la ejecución de los proyectos de reservorio Vilcazán y La Peñita, ambos permitirían ampliar en más de 100,000 hectáreas las áreas para cultivos de agroexportación.