Más empresas agroindustriales de Perú apuntan a ser multilatinas. Así lo afirma el especialista en temas de agronegocios Ángel Manero, quien detalla que hay tres razones detrás de la búsqueda de las agroexportadoras peruanas por llevar sus capitales en nuevas tierras: los cambios a la legislación de promoción agraria en Perú, la inestabilidad política y alto costo de la tierra; y la necesidad de ampliar sus campañas de exportación hacia el hemisferio norte.
En ese marco, menciona que hay dos intereses claves para las empresas: ampliar su frontera agrícola y la compra de marcas consolidadas en la región. Para el primer caso, un primer destino es Ecuador. Este país, que lleva más de 15 días de protesta de los indígenas, sería atractivo para el sector agroindustrial peruano por sus beneficios tributarios y el costo de las tierras.
Manero recordó que el país que preside Guillermo Lasso eliminó más de 600 aranceles y tiene pendiente la eliminación del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) y, además, se encuentra ubicado geográficamente de forma estratégica, con salida al puerto. Respecto al costo de las tierras, podrían ser hasta cuatro veces más baratas que las hectáreas en Perú o Chile.
Gabriel Amaro, de la Asociación de Gremios de Productores Agrarios del Perú (AGAP), confirmó que, en efecto, las empresas peruanas del sector agroindustrial están explorando no solo Colombia sino también Ecuador e incluso Paraguay.
“Tal y como está la situación en el Perú (incertidumbre política), las empresas que hacen agricultura moderna y compiten con otras potencias agrarias de la región buscan ingresar a países donde les permitan hacer estrategias claves para abastecer al hemisferio norte, ampliando la capacidad de su ventana comercial. También han ido a invertir al hemisferio norte para el desarrollo de nuevas variedades”, declaró a Gestión.pe.
Aunque evitaron señalar cuáles son esas empresas, ambos entrevistados recordaron los casos del grupo Gloria, que en el 2015 ya había adquirido la marca uruguaya Ecolat, y en el 2020 reabrió la planta bajo el nombre de Gloria Foods del Uruguay, con una capacidad de procesamiento de 60,000 litros de leche al día, según reportes.
En el 2018, en tanto, la empresa multinacional de capitales peruanos, Camposol, adquirió aproximadamente 1,000 hectáreas para cítricos en el departamento de El Salto (Uruguay). De este total, la mitad le pertenecían a la empresa Citrícola Salteña S.A.
“En el caso de Uruguay, no apuntan necesariamente como un destino para ampliar la frontera agrícola, sino que entran a comprar empresas ya instaladas. La capacidad financiera para invertir fuera del país se seguirá manteniendo por una tema de diversificar el riesgo y tener oferta todo el año”, agregó Manero.
¿Por qué Uruguay? Este país tiene al menos 11 zonas francas con cero carga impositiva. Asimismo, las empresas que están fuera de las zonas francas tienen la posibilidad de repatriar fondos a su país de origen sin cargo ni impuestos, abrir cuentas bancarias rápidamente y constituir su empresa de forma ágil. Además, la carga impositiva para un inversionista extranjero es igual a la del empresario uruguayo.
Manero también resaltó que pese a los múltiples gobiernos que han transitado por Uruguay en los últimos años, su economía y vida política se han mantenido estables debido a que se han respetado las normas de juego. Algo que -agregó- se rompió en Perú tras los diferentes cambios a la ley de promoción agraria.
Cabe indicar que, de acuerdo a AGAP, el 2023 podría ser el último año en que se registre un incremento en el volumen de las agroexportaciones no tradicionales de Perú si el gobierno de Pedro Castillo no afronta la tarea de generar confianza en los inversionistas.
Además, el Poder Ejecutivo tiene pendiente -desde el 2020- publicar el decreto supremo que defina las actividades agroindustriales que están afectas a la nueva ley agraria, considerando que son diversas actividades las que se realizan dentro de la cadena.
De acuerdo a AGAP, para el próximo año los envíos de frutas y hortalizas frescas alcanzarán su pico de US$ 11,554 millones.
Pérdida de competitividad
México y Guatemala son otros dos países destino con alto interés para las inversiones del sector agroindustrial de Perú. ¿Por qué? Reúnen las condiciones para la producción de palta Hass, entre ellas, grandes extensiones de tierra. “Los productores quieren abastecer todo el año a sus clientes de Europa y el Asia, buscan tener una constante producción”, agrega Manero.
Mientras que en Perú, aunque tiene tres millones de hectáreas en producción, no hay posibilidad de adquirir nuevas tierras de más de 1,000 hectáreas juntas. “Estamos esperando que se reactive Majes-Siguas II y Chavimochic III para tener tierra y agua. Seguir adelante con estos proyectos corregiría la pérdida de competitividad de Perú frente a otros países de la región”, comentó.
La firma de la Adenda 13 para reactivar el proyecto Majes-Siguas II sigue en espera por los cuestionamientos del Frente de Defensa de los Intereses de la Provincia de Caylloma (Arequipa), que amenaza con retomar su huelga si es que no se llegan a acuerdos este martes 28 de junio.