El último fin de semana el Ministerio de Energía y Minas prepublicó un reglamento mediante el cual se busca regular, supervisar y fiscalizar el transporte de balones de gas en vehículos menores. De antemano, se prohibió cualquier posibilidad de que los balones de Gas Licuado de Petróleo (GLP) sean transportados en bicicletas y triciclos.
Por lo demás, será posible el transporte de los mismos en motos y furgonetas. Sin embargo, estas deberán cumplir con ciertas condiciones de seguridad.
La novedad de este reglamento es que establece que serán los gobiernos locales, o municipalidades, los que deberán otorgar los permisos para la circulación y transporte de balones de GLP en vehículos menores. Es así que las empresas que actualmente distribuyen balones de gas en diferentes distritos de una misma región, deberán pedir permisos a la misma cantidad de municipalidades en donde tengan sus locales.
La norma aún está en etapa de prepublicación y tiene un plazo para la recepción de comentarios antes de su oficialización. En ese sentido, Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad de Gas Licuado de Petróleo (SGLP), saluda la intención de fortalecer la formalización de la cadena de distribución de GLP y considera que es una buena medida la prohibición del transporte de este combustible en bicicletas y triciclos, pues es necesario elevar los estándares de calidad.
“Nosotros estamos de acuerdo con la necesidad de seguir mejorando los estándares de seguridad y calidad en el transporte y distribución de GLP, y contribuir a la formalización del sector. Por ello apoyamos la decisión del Gobierno de regular el transporte en vehículos menores”, señala Cantuarias.
Sin embargo, considera que hay dos aspectos del reglamento publicado por el Minem que merecen discutirse con el objetivo de no generar incentivos a la informalidad ni afectar la predictibilidad que necesitan las empresas distribuidoras de GLP. Es así que Cantuarias muestra preocupación por la decisión de que sean las municipalidades las que otorguen los permisos para la circulación de los vehículos menores que transporten balones de GLP.
“La parte que a nosotros nos preocupa tiene que ver con el tema de predictibilidad, los costos y eventuales trabas burocráticas. Esto tiene que ver con el hecho de que la norma traslada a las municipalidades la facultad de emitir autorizaciones para la distribución de balones de gas. Esto deja entonces el otorgamiento de los permisos a un criterio subjetivo de las municipalidades”, señala el presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado.
Cantuarias explica que son tres factores los que podrían generar incertidumbre al quedar en manos de los gobiernos locales: los requisitos, el procedimiento y el costo. Al dejar márgenes amplios, podrían existir disparidad de criterios para otorgar los permisos, eventuales barreras burocráticas, precios altos de tasas o procedimientos distintos. Por ello, el presidente de la SPGL plantea su sugerencia.
“Lo que nosotros estamos sugiriendo es establecer estándares objetivos que generen predictibilidad a la inversión. Esto quiere decir que el reglamento establezca los estándares que deben exigir las municipalidades y la obligatoriedad de otorgar las licencias cuando se cumplan los mismos. Tienen que ser estándares objetivos, establecidos en el reglamento, que no esté sujeto a los criterios subjetivos de la municipalidad. Esto es como una licencia de funcionamiento: se tienen que establecer claramente los criterios y el procedimiento porque de lo contrario algunos municipios van a crear barreras de acceso e impedir la operación”, señala Cantuarias.
La segunda observación que realiza el gremio del GLP es que este reglamento debe reforzarse aún más y vincularse a las empresas que cuentan con registros vigentes en Osinergmin para comercializar GLP de manera formal. Cantuarias considera necesario acentuar la formalización en la cadena de GLP para evitar accidentes como la tragedia ocurrida a inicios de año en Villa El Salvador.
“Si bien es fundamental seguir formalizando la cadena de distribución de GLP, para que eso ocurra es importante que la norma refuerce el tema de que los vehículos menores que sean autorizados sean de empresas formales y debidamente registradas ante Osinergmin. Es decir, tenemos que seguir incentivando la formalización porque esto va a generar beneficios a los consumidores, que son quienes se ven perjudicados por transporte y manipulación de balones de gas en condiciones no óptimas en términos de seguridad”, indica Felipe Cantuarias.
En líneas generales, Cantuarias señala que la regulación de los vehículos menores es una medida positiva para mejorar la seguridad y calidad en la cadena de GLP. Sin embargo, hace énfasis en las oportunidades de mejora de la propuesta para evitar que el efecto sea contraproducente.
“Hay que tener cuidado con que una municipalidad ponga regulaciones irracionales, pues termina afectando la normal distribución de balones de gas a los hogares más pobres. En resumen, hemos opinado favorablemente porque tenemos que seguir mejorando los estándares, pero hacemos dos observaciones para que no haya un efecto contrario a lo que se busca y se incentive a la informalidad”, manifestó Cantuarias.
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