En el 2014, dos proyectos de teleférico que generarían movimiento turístico en el Perú, estaban en la cartera de inversiones de la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión): uno era Kuélap, en la región Amazonas y el segundo, Choquequirao, ubicado en Cusco. El primero ya está en funcionamiento desde el 2017 y traslada a más de 2,000 turistas al día.
¿Qué pasó con Choquequirao?
Este 2021 se han cumplido diez años desde que nació la idea de hacer un teleférico que uniera las regiones de Apurímac y Cusco, en búsqueda de generar un mayor movimiento turístico al Parque Arqueológico de Choquequirao y así, dinamismo económico a los distritos cercanos.
La historia es conocida. De acuerdo a ProInversión, fue el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) que en el 2013 solicitó la incorporación del Proyecto Teleférico de Choquequirao, al proceso de promoción de la inversión privada. Ese mismo año se declaró la viabilidad del proyecto y en el 2014, tras modificaciones al Plan de Promoción, se llamó a licitación.
Pero ante nuevos estudios técnicos, y los desacuerdos entre las regiones de Apurímac y Cusco -e internamente entre la provincia de Anta y La Convención- por la ubicación del punto de partida del teleférico, en mayo del 2017 se canceló la entrega de concesión.
Cabe indicar que, inicialmente, la concesión sería por un plazo de 20 años y una inversión inicial estimada de S/ 123 millones sin IGV. Consistiría, además, en el diseño, financiamiento, construcción, equipamiento, operación y mantenimiento de un teleférico como vía de acceso desde Kiuñalla (región Apurímac) al Parque Arqueológico de Choquequirao (región Cusco), así como, de las estaciones de salida y de llegada.
En agosto del 2020, ProInversión anunciaba la reformulación del proyecto del teleférico, de un diseño de solo un sistema de acceso por cable a tener dos: desde el sur por Apurímac (tramo 1) y desde el norte por Cusco (tramo 2), que incluye la mejora de senderos peatonales, y que, luego de su puesta en marcha, permitiría alcanzar hasta un millón de visitantes anuales.
“A diciembre del 2020, se espera tener la viabilidad del proyecto, el cual tiene un monto estimado de inversión de US$ 260 millones, que luego pasará a fase de estructuración de la APP a cargo de ProInversión. Esto nos permitirá hacer la convocatoria en el 2021 y adjudicar el proyecto en el 2022″. Así se anunciaba hace más de un año.
Tras cuatro presidentes de la República y nuevas elecciones este año, el proyecto se mantiene en cartera de ProInversión en estado de maduración. Según el cronograma publicado en la página web de la agencia de promoción, el 20 de octubre último se publicaron las bases del proyecto, para el 19 de noviembre estaba previsto la consulta de las bases, y para el 11 de diciembre próximo, la publicación de la absolución a las consultas de las bases. No obstante, la buena pro aún no tiene fecha cierta a un mes de que culmine el 2021.
Gestión.pe consultó sobre la situación del proyecto a ProInversión y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), que está a cargo de liderar y coordinar el planeamiento y ejecución del proyecto; no obstante, al cierre de esta nota no obtuvimos respuesta.
Impacto económico
La nueva versión del proyecto tampoco ha sido sociabilizado con las empresas de Cusco ni de Apurímac, según las cámaras de comercio de ambas regiones.
De acuerdo a Berner Caballero, presidente de la Cámara Regional de Turismo del Cusco, a la fecha, ni el gobierno regional de Cusco ni el Mincetur han informado sobre los avances del proyecto, lo que le causa extrañeza considerando que las empresas privadas de turismo, representantes de los distritos de influencia, incluyendo Apurímac, han establecido un comité de gestión que está actualizando un plan maestro para delimitar y zonificar el parque y la zona arqueológica.
“Este plan maestro está en proceso y un primer borrador se presentará en diciembre. La idea es que este plan también se sociabilice para que ayude a mediar los conflictos entre los distritos donde se ubicará el proyecto. Por otro lado, servirá también para definir, en el futuro, el porcentaje de las regalías e ingresos que genere el proyecto y lo que se destinará a cada región”, mencionó.
Por su parte, Edwar Palacios, presidente de la Cámara de Comercio de Apurímac, señaló que desde el 2018 no han vuelto a saber de los avances del proyecto. “No hemos tenido la oportunidad de saber si el gobierno regional de Apurímac está insistiendo en el proyecto, no vemos una visión de desarrollo. Lo que deberíamos estar haciendo es generar un plan de turismo, adelantarnos al proyecto del teleférico”, indicó.
Lamentó además que el aplazamiento del proyecto continúe generando un impacto económico negativo en la zona cercana al proyecto. “Hubo mucha gente que hizo modificaciones a sus casas para tener habitaciones disponibles para el turista, se hizo un mirador, también se construyó un lodge Villa los Loros, y todo ahora está sin operar”, sostuvo.
Para ambos representantes, el proyecto del teleférico a Choquequirao será importante también para establecer un nuevo circuito turístico que descongestione Machu Picchu. Así, se habla de dos rutas: por Cusco: desde Vilcabamba-Santa Teresa-Choquequirao. Y por Apurímac la proyección es mayor: un corredor del sur: desde Palpa y Nazca en Ica, pasando por Pampas Galeras (Ayacucho), Santuario Nacional de Ampay (Abancay) y Choquequirao.