(Reuters) Perú redujo la extensión de este año tras alcanzar su pico en el 2014, cuando franjas de la Amazonía fueron arrasadas ilegalmente para dar paso a plantaciones de palma de aceite, informó la directora del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), Fabiola Muñoz.

Afirmó que a octubre de este año la extensión de áreas deforestadas ascendió a 120,000 hectáreas en todo el país, mucho menor frente a las casi 180,000 hectáreas que había alcanzado en el 2014.

"La gente realmente pensaba que nunca le iba a pasar algo así. Eso ha cambiado", manifestó.

Muñoz dijo que normas más severas, incluyendo multas hasta 700 veces más altas y prisión para las personas que destruyen los bosques primarios, están ayudando a Perú a frenar la tala ilegal.

De acuerdo a imágenes de satélites, presentadas por Muñoz, Perú detectó unas 160,000 hectáreas deforestadas el año pasado.

"Esperamos que las tendencias sigan bajando. Pero eso significa que tenemos que ser más activos, no podemos bajar la guardia", refirió.

Perú alberga una décima parte de la Amazonía, una selva tropical de inmensa biodiversidad, cuya vegetación es una fuente importante de oxígeno y de absorción de dióxido de carbono.

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IndonesiaMuñoz dijo que junto a otros funcionarios se reunieron recientemente con representantes de una gran empresa de aceite de palma de Indonesia, interesada en operar en Perú.

Los funcionarios les dijeron que el tipo de plantaciones de palma aceitera a gran escala que han contribuido a la rápida deforestación en Indonesia no son viables en el Perú.

"Sí queremos inversiones, por supuesto, pero no queremos inversiones a cualquier precio", afirmó.