Si bien Sedapal tiene necesidades de inversión por más de S/10,000 millones para ir cerrando las brechas de sus servicios en Lima y Callao, los ajustes tarifarios que se le aprobó sólo suman S/1,900 millones, y a ello se suma la negativa o imposibilidad de muchos usuarios a pagar sus deudas a la empresa.
Según la gerente comercial de esa empresa estatal, Katia Ochoa, actualmente suman más de S/200 millones las deudas por cobrar, incluyendo tanto la que se ha acumulado por el lado clientes del sector empresarial, como de los consumidores domésticos. Las obligaciones pendientes de estos últimos se arrastran desde la pandemia.
La funcionaria explicó a Gestión que, en el primer caso, solo los consumidores comerciales e industriales que cuentan con pozos para la extracción de agua subterránea deben a Sedapal un aproximado de S/125 millones.
Se trata de compañías que hacen uso intensivo del agua en sus procesos productivos, y pese a lo cual, cerca de un 50% del citado monto adeudado lo han judicializado.
¿Quiénes son los mayores deudores de Sedapal?
Ochoa detalló que los mayores deudores que han acudido al Poder Judicial para evitar el pago, son los de la industria textil, que deben en conjunto S/28 millones, mientras que en segundo lugar se ubican las empresas mineras, con S/18 millones.
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A ellos les siguen depósitos o almacenes, con S/15 millones; empresas que dan servicios recreativos, como clubes privados, con S/12 millones; compañías de bebidas alcohólicas con cerca de S/7 millones; de bebidas no alcohólicas (como embotelladoras), con S/5 millones, y las de productos alimenticios, con más de S/2 millones.
Como Sedapal no les provee directamente el suministro de agua potable a través de sus redes, sino que esos usuarios cuentan con pozos subterráneos dentro de sus instalaciones, esa empresa del Estado no les puede cortar el servicio por falta de pago, como haría con otros clientes.
La mayor parte de esa deuda de S/125 millones se ha generado entre el 2015 y la fecha, detalló.
¿Qué argumentan las empresas para no pagar?
El argumento de esos usuarios es que, como la norma que dispone la cobranza por el consumo de agua extraída en pozos se dio en el 2015, pero Sunass (Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento) no la reglamentó sino hasta el 2017, no tienen por qué pagar por los primeros dos años pues tal dispositivo no estaba reglamentado.
Al respecto, la funcionaria indicó que Sedapal es respetuoso del procedimiento de los deudores ante el Poder Judicial, pero hizo un llamado a ese tipo de clientes a honrar sus obligaciones, pues hay otros clientes empresariales que usan pozos, que sí están pagando, pero, además, ellos también usan las redes de alcantarillado que opera esa firma pública.
Explicó que a través del monitoreo y gestión del agua subterránea (que se incluye en el pago), Sedapal evalúa los niveles de la napa freática (agua en el subsuelo) para evitar que, precisamente, los clientes industriales se vayan a quedar sin suministro.
Agua subterránea, la única fuente ante emergencias
Asimismo, resaltó que el agua contenida en el subsuelo constituye la única fuente de abastecimiento de ese recurso para Lima metropolitana, en caso de que hubiera un sismo que destruyera sus redes de abastecimiento del agua potable.
En tal sentido, recalcó que la empresa requiere el pago de esos S/125 millones, para poder emprender los proyectos e inversiones requeridos a fin de restablecer los niveles del acuífero y asegurar el suministro para los consumidores en casos de desastre.
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Deudas de usuarios domésticos
En cuanto a la deuda por cobrar a los consumidores que se abastecen por las redes de la empresa, precisó que esta asciende a S/80 millones, y que se fue acumulando a raíz de las facilidades de pago que diera por norma el Ejecutivo, en marzo del 2020, para enfrentar la crisis económica que causó la pandemia del covid-19.
Ochoa indicó que se entendía que con esa norma los clientes podían fraccionar su deuda entre cuatro y seis meses, pero no un año o dos, como ha ocurrido, de tal forma que hoy lo adeudado a Sedapal es casi un 100% más alto de lo que se tenía como cartera deudora (antes de la pandemia).
“Inclusive existen casos de clientes que su monto de recibo más la cuota supera enormemente lo que pueden pagar ellos, y entonces hemos tenido que tener tratamientos especiales para propiciar que esos clientes puedan tener siempre agua”, expresó.
Además, hay mucha deuda incobrable pues varias empresas, comercios y plantas industriales quebraron durante la pandemia, otros cambiaron de rubro y numerosos usuarios murieron.
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