Los clubes a nivel nacional han logrado reducir el nivel de morosidad entre 15% a 17% mediante facilidades de pago y serían unos 40 clubes los que registran demora. Este nivel de morosidad es un rango promedio que se daba en prepandemia, durante los meses más críticos la mayoría de clubes bordeaban el 70% de morosidad.
El nivel de morosidad se mide de acuerdo al número de meses que los afiliados dejan de pagar, refirió Juan Carlos Romero de Aliaga, presidente de la Asociación de Gerentes y Administradores de Clubes, Condominios y Afines del Perú (Asogeclub).
“Las estrategias para reducir la morosidad han variado de acuerdo a cada club, algunos optaron por ofrecer descuentos por pronto pago, otros no cobraron mora. Se tuvo que trabajar con cada afiliado porque cada uno tiene una situación diferente, han sido acuerdos individuales”, remarcó Romero.
Antes de pandemia, el cobro de mora también variaba en cada club. En algunos casos se cobraba un porcentaje de la cuota mensual, en otros se pagaba el 100% adicional o también se cobraba entre S/ 1 a S/ 4 diarios por encima de la cuota.
“Hay incluso algunos clubes que durante un tiempo redujeron la cuota a 50%, pero al día de hoy ya todos tienen los precios a nivel prepandemia”, agregó.
En todo el país hay más de 1,700 clubes, de los cuales 700 están en la categoría de sociales, deportivos y recreativos. En tanto, solo hay entre 20 y 30 clubes más reconocidos o tradicionales como Lima Golf Club, Country Club La Planicie de La Molina, Los Inkas Golf Club, Club de Regatas y Country Club de Villa.
Los no tradicionales son Country Club Chama y Club Waikiki, debido a que son más pequeños y suelen tener un poco más de morosidad al ser menos la cantidad de asociados.
El número de asociados por club va entre los 2,000 a 4,000 en promedio y solo el club de Regatas sobrepasa el promedio con 20,000. La mayoría de afiliados son mayores de 60 años, y luego hay un grupo menor que va entre 30 a 40 años.
“Otras de las estrategias ha sido asociar a los hijos mayores de 18 años de los afiliados, para que se mantenga la línea de familia. Les hemos otorgado promociones y ha sido bien recibida esta iniciativa”, expresó.
Por otro lado, Romero reveló que el consumo dentro de los clubes se mantiene, pero en la mayoría se tuvo que cambiar de marca de restaurantes debido a que muchos no lograron reactivarse.
“La mayoría de restaurantes en los clubes son concesiones. Tuvimos que apostar por nuevas marcas bajo las condiciones de la coyuntura, muchos no pudieron reabrir porque no les salía a cuenta trabajar para un aforo de 60%, pese a que cubrimos esa capacidad los fines de semana”, sostuvo.
Cabe precisar que el aforo actual permitido en clubes es de 60% en espacios cerrados y de 100% en espacios abiertos. En clubes de categoría sociales - deportivos como el Regatas, se llega a una ocupabilidad de 20% durante los días de semana. Debido a que se ha optado por implementar espacios de coworking para los afiliados y además, algunos se reúnen para realizar deporte.
“En los fines de semana se llega a la ocupabilidad permitida a tope, porque los afiliados llegan con sus esposas e hijos a caminar o distraerse para pasar un momento en familia”, indicó.
Suspensión perfecta y limitaciones
Ante las complicaciones que generó el COVID-19, algunos clubes aplicaron la suspensión perfecta de labores. El 3 de octubre finalizó dicha medida, por lo que se reincorporó la mayoría del personal. Los que no han retornado están con licencia por ser personal vulnerable. A pesar de estar vacunados, algunos trabajadores pidieron esperar y en otros casos fue a pedido del mismo empleador.
“Algunos clubes, al estar cerrados, tuvieron una reducción en gastos como agua, luz y limpieza, sobre todo porque el personal de limpieza es tercerizado en la mayoría de casos. También se cortó los servicios de teléfono y cable para generar un ahorro”, añadió.
Romero enfatizó su preocupación por el cierre de playas para navidad, año nuevo y verano. Asimismo, comentó que los clubes esperan que se permita el uso de sus piscinas. De momento solo están permitidas las de uso deportivo, formativo y terapéutico, pero la mayoría de las piscinas de los clubes están registradas bajo la categoría de recreativas.
“Las piscinas de los clubes no tienen forma rectangular en su mayoría y no podemos adaptarlas a las medidas impuestas por el gobierno y eso nos perjudica”, finalizó.