En el contexto actual, no sería idóneo elevar el nivel de impuestos para el sector minero, pues se podría comprometer el futuro de los proyectos en el sector; más bien, se debería promover la ejecución de nuevas inversiones en minería, señaló el exviceministro de Minas, Rómulo Mucho.
“Si con las actuales condiciones se impone un aumento en la recaudación, los empresarios pagarán sus obligaciones, pero se pondría en riesgo el futuro respecto a continuar y realizar nuevos proyectos. Se puede quemar el largo plazo al no afrontar de manera adecuada el corto plazo”, afirmó.
El ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, en una entrevista desde Nueva York, señaló hace dos días que el Gobierno peruano está trabajando en una reforma tributaria que aumentará los gravámenes sobre ciertas actividades, entre ellas la minería, antes de fin de año. “Veo varios partidos en el Congreso a favor del impuesto a la minería, incluidos los propios empresarios mineros porque el problema es atacar el margen de beneficio adicional”, subrayó.
Al respecto, Mucho señaló que si el gobierno trabaja de manera coordinada con las empresas y plantea un aporte extraordinario por la coyuntura podría evaluarse siempre y cuando se den las garantías necesarias, en donde el apoyo a la actividad minera debe plantearse como una política de Estado.
“En este momento se vive una incertidumbre política donde no hay predictibilidad ni confianza, por lo que los inversores miran cautelosamente todo. Lo óptimo en el corto plazo es reactivar y promover proyectos y con ello asegurar que se pueda cobrar, incluso aún más, en el futuro. Tenemos proyectos y el escenario internacional es muy bueno, se debe dar primero las condiciones para poder aprovechar la coyuntura a través de impuestos”, indicó.
Por su parte, Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), señaló que hay factores a analizar alrededor de un aumento de impuestos al sector. Indicó que actualmente la carga tributaria ya es alta y que el sector no solo está compuesto por las empresas grandes de cobre, sino muchas de menor tamaño.
Añadió que el sistema tributario ya es bueno y que la promoción de la actividad minera y ampliación de su portafolio debe ser la prioridad en el corto plazo, más allá de una reforma tributaria, y en paralelo a un plan para mejorar la ejecución del presupuesto del Sector Público.
“Hay que tener presente que en el año 2011 se llegó a un acuerdo del pago de más impuestos en un periodo de precios de metales altos. Es importante debatir pero el principal punto de atención en este momento es saber como ampliar la torta y cómo ser más eficiente en la ejecución de lo recaudado”, afirmó.
Mientras que el exministro de Economía y Finanzas, David Tuesta, en el marco del programa de conferencias Rumbo a Perumin, señaló que la mejor política fiscal depende del marco institucional, de eficiencia y clima político, siendo esto lo que determinaría el “espacio” para una mayor recaudación de impuestos.
“Muchos indican que hay espacio para seguir incrementando impuestos sobre la actividad minera, pero cuando decimos que tenemos espacio implica un ceteris paribus (que todo lo demás se mantenga constante) bastante grande. Estamos muy rezagados en ámbitos que generan competitividad para la parte privada, como la parte institucional, eficiencia, infraestructura, logística, situación política, por lo que quizá no tengamos ningún espacio”, indicó.
¿Un aumento sostenido?
Según Mucho, el aumento de impuestos a las empresas mineras debe estar sujeto al nivel de precios de los metales; es decir, el gobierno debería plantear un aumento extraordinario siempre y cuando la coyuntura de precios se muestre favorable.
“Desde el punto de vista del Estado es coherente que, al haber que las empresas mineras están captando más recursos, quieran recaudar más. No obstante, se debe tener en cuenta que estos son periodos extraordinarios”, afirmó.
Mientras que Gobitz señaló que un impuesto sostenido en el tiempo no podría ser admisible, pues las empresas no tienen influencia en los precios de los metales. Esto comprometería la estabilidad del sector.
“Si pones un impuesto que no va de acuerdo con los precios y es permanente, pones en peligro la competitividad”, manifestó.