En días recientes el presidente del Concejo de Ministros, Guido Bellido, anunció que se promovería el aumento del salario mínimo; sin embargo, el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Pedro Francke, señaló que no es momento para realizar esta medida. En ese sentido, ¿es deseable este aumento?.
Según el economista Jorge Gonzales Izquierdo, el aumentar la remuneración mínima en las actuales circunstancias no es recomendable, pues a las empresas pequeñas y medianas formales les va a significar un aumento de costos laborales y, por consiguiente en los totales.
Esto no solo perjudicaría a las mismas empresas, sino también a potenciales “beneficiados” por la medida, los cuales podrían perder su empleo al no poder pagar su nómina.
“Estas empresas pueden encontrarse en circunstancias en donde su viabilidad financiera y económica se encuentren aún comprometidas debido a la pandemia. En paralelo, habrá una porcentaje de pueda conservar su empleo y efectivamente goce de los beneficios, mientras que otros serán despedidos. Es contradictorio, porque se busca beneficiar a todos”, afirmó.
En el mismo sentido, Claudia Sicoli, directora de la carrera de Economía y Negocios Internacionales de la UPC, señaló que la medida no sería idónea debido a que muchas empresas no estarían en condiciones de afrontar los mayores gastos que representaría la exigencia legal, lo cual además afectaría a aquellas personas que actualmente reciben la remuneración mínima.
“Si observamos los datos de empleo, estos no son favorables. (..) Si se aumenta el salario mínimo se está poniendo mayor presión, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, a aumentar sus gastos en remuneraciones cuando probablemente recién se estén reactivando. La medida es absolutamente inoportuna”, manifestó.
El economista y experto en gestión pública, Renzo Jiménez, indicó que la sostenibilidad de esta propuesta va a depender de los sectores, específicamente qué tan bien les va como para poder afrontar mayores gastos en remuneraciones.
“Hay muchas empresas que no han logrado recuperarse. (...) Sectores como el financiero están en condiciones de pagar mucho más que ese sueldo mínimo; sin embargo, hay otros sectores que no podrían sostenerse con este aumento”, afirmó.
Informalidad
Según Sicoli, este tipo de medidas no tendrían ningún efecto en la población ocupada de manera informal. Es decir, al igual que con cualquier otra norma asociada con el empleo, no se tendría impacto alguno en los empleados informales, los cuales son la mayoría de la población ocupada.
“Los trabajadores informales no pueden exigir el cumplimiento del salario mínimo. (...) Entonces no tiene sentido pensar en un aumento de este cuando el foco debería estar en, entre otro temas, en dar incentivos a la formalización. (...) No se está viendo a la gran masa de empleados”, indicó.
En la misma línea, señaló Jiménez, propuestas alrededor del aumento en la remuneración mínima solo afectaría a un acotado sector trabajadores, pues el resto es informal.
“Con esta propuesta no se está observando la realidad del otro 70% que representa el sector informal”, manifestó.
Perspectiva
De acuerdo a Gonzales Izquierdo, antes de plantear propuestas como el aumento del salario mínimo antes se debe conseguir que la economía entre a un ritmo de crecimiento mayor y sostenido, acompañado de un aumento en la productividad de la mano de obra.
“El proceso de recuperación de la economía aún es débil, por lo que no es el momento. Cuando se den las condiciones de crecimiento sujeto a un reajuste de la inflación y aumento de la productividad se podrá plantear un aumento en el salario mínimo”, indicó.
Jiménez, por su parte, señaló que se debe evaluar el esquema de salarios mínimos, pues deben estar guiados a un aumento en la productividad de los empleados.