El ex jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Juan José Marthans, consideró que ahora es uno de los momentos menos apropiados para anunciar la magnitud de una reforma tributaria, pues se está saliendo de un proceso recesivo grave que necesita de una reactivación acelerada.
“Esto solo va en contra de la búsqueda de activar al aparato productivo, seguir construyendo demanda y expansión de gasto”, manifestó.
El ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, ha dicho que desde su sector están empeñados en promover una reforma tributaria para tener mayores recursos públicos para satisfacer las necesidades de infraestructura. “Pero el otro gran reto tiene que ver con cerrar estas brechas de infraestructura y necesidades básicas es la ejecución la gestión de las obras”.
Marthans indicó que lo ideal, antes de anunciar una reforma, hubiera sido consolidar el proceso de reactivación de la mano de la inversión privada y regenerar los niveles de confianza.
“Luego de ello se podría evaluar las modificaciones al plano tributario. Hoy en día es un entorno poco apropiado. El ministro de Economía mencionó que las modificaciones tributarias serían solo en el frente minero, pero ahora, con esta propuesta, vuelven las contradicciones. Los agentes económicos quieren confianza y eso no se está dando”, afirmó.
Señaló que hay un insuficiente diagnóstico por parte del gobierno, pues debió mencionar la gestión de la informalidad como acción relevante antes de cualquier reforma. “Si bien la escaza recaudación es un tema que se ha venido arrastrando por mucho tiempo, este no se soluciona poniendo solo más impuestos, hay otros problemas de fondo como la informalidad que explican gran parte de la narrativa actual. No se ha considerado en el planteamiento del MEF”, indicó.
Precisó que la recaudación ya viene aumentando por el incremento del precio del cobre, pero que, aún así, el gasto ha sido ineficiente y no se establece un plan o programa para poder mejorarlo. Mencionó que se sigue orientando recursos a gobiernos regionales acusados de corrupción o propuestas asistencialistas que satisfacen el corto plazo.
“En el Perú, este año, se va a recaudar alrededor de US$ 3,000 millones más por efectos de los precios de los commodities. Que digan que no hay recursos para abordar problemas de agua, salud y educación es algo que debe explicar bien a la opinión pública. La primera reforma debe ser en la estructura y eficiencia de gasto del sector público. No se sabe para qué quieren más dinero, si no saben gestionarlo”, manifestó.
Dijo que la inversión privada para el siguiente año, debido a estas medidas, será afectada de manera sustancial; además, mencionó que dada la actual coyuntura, una mayor exigencia de tributos para comprar y alquilar viviendas desaceleraría el ritmo de expansión del sector construcción y desincentivaría la formalidad.
“Se estima que la inversión estará mal el siguiente año y si a esto se le agrega una política contractiva como el incremento de tributos, la desaceleración será mayor. Si el próximo año no se sostienen los precios del cobre, es probable que tengamos problemas por el lado fiscal”, precisó Marthans.
Añadió que se está dando una mala señal respecto al rating del riesgo soberano. “La búsqueda de sostenibilidad fiscal y ruido político han sido puntos claves en las recientes calificaciones negativas de riesgo. La calificadoras van a observar lo poco consistente de la reforma tributaria del actual gobierno”, indicó.
Otra mirada
Henry Rafael, docente en la maestría de Gestión Publica de la UPC, señaló que el Perú está obligado a reactivar la economía y, por ende, generar indicadores económicos más sólidos, todo ello antes de poder establecer nuevos impuestos.
“El problema fundamental para que la economía se reactive es la pequeña empresa e inversión privada, las cuales no se ven atraídas por estas medidas. El gobierno se equivoca, porque no están dando signos tecnócratas sobre la reactivación antes de un proceso de reforma tributaria”, afirmó.
Mencionó que la recaudación es baja por el alto nivel de informalidad, y que estas medidas no cambian el escenario, sino mas bien lo incrementan. “Si queremos mejorar la recaudación, no podemos afectar a las empresas formales y alentar la informalidad. El efecto va a ser justamente lo contrario a los objetivos del ministro”, manifestó.
Indicó que mencionar el aumento del precio de los metales como argumento para aumentar el impuesto a la actividad minera, es un poco sólido, pues no se puede afectar a todo un sector sin tener una evaluación de lo que implicaría en la cadena de negocios. “En general el paquete tributario va a tener un impacto contradictorio en los sectores de construcción, inmobiliario o transportes a partir de una interpretación errónea del Ejecutivo”, precisó.
Señaló que la expectativa de inversión es baja para el próximo año y que, al sumarle un paquete tributario, se retraería aún más. “Hay factores desde lo político como mensajes contradictorios o de estatización, que ya afectan la inversión, y, a pesar de ello, se anuncia una reforma tributaria. Este es un coctel tóxico para la macroeconomía, empresas grandes, medianas y pequeñas, y economía familiar”, agregó.
Finalmente, consideró que lo importante y, problema de fondo, es la gestión de la inversión a nivel nacional y subnacional, la cual es deficiente en cantidad y sobre todo n calidad.