¿Qué discutirán los principales bancos centrales del mundo?

La atención del mercado está puesta en el momento en que la Fed anuncie el inicio de la reducción de sus compras de deuda, también conocido como tapering. Powell será, por tanto, protagonista absoluto del foro, que no contará con la participación de la actual presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

“Sin embargo, la reciente agitación que vive el mercado por el avance de la variante delta del coronavirus y su impacto en la economía hace pensar que tal vez no se dé aún ese anuncio, sino que se dejaría todavía para la reunión de la Fed de setiembre”, proyecta Luis Falen, head de Macroeconomía de Inteligo SAB.

El mercado se encuentra en un momento frágil, acentuado por el menor volumen de negociación y una mayor volatilidad durante el mes agosto. La última semana ya dio una muestra del temor que causa en los principales inversionistas la sola mención de la palabra tapering, luego que durante la última semana se conocieran las actas de la última reunión de la Fed, en la que se encontraron numerosas opiniones a favor de iniciarlo antes de que termine el año. Hoy, la evolución de la variante delta es un nuevo y relevante factor a tener en cuenta y todo apunta a que lo más prudente, antes de hacer cualquier anuncio, será esperar.

En este contexto, ¿en qué podrían hacer eco los principales banqueros centrales del mundo? “Se cree que, si no se hacen estrictamente anuncios relacionados a fechas del retiro de estímulo, se podrían dar mensajes claros respecto a qué son estos programas de estímulo y por qué no deberían tener un impacto en los mercados financieros”, dice Falen.

Esto debido a que los inversionistas relacionan directamente al tapering como una señal sobre cuándo los bancos centrales podrían subir sus tasas de interés, una política cuyos efectos son más tangibles. La Fed teme que se repita el episodio del 2013, conocido también como “taper tantrum”, cuando la sugerencia de que podrían reducir la compra de bonos sacudió a los mercados.

“En ese sentido, los banqueros centrales deben ser explícitos sobre el propósito y la eficacia de la compra de bonos, una herramienta fundamental para estabilizar los mercados financieros en una crisis como la del año pasado. Sin embargo, pasado lo peor, la tarea de terminar de estimular la economía debería recaer en la política fiscal, mediante un mayor gasto público o a través de recortes de impuestos, toda vez que las tasas de interés ya han llegado a cero”, considera el economista de Inteligo SAB.

Además, Falen señala que se debe concientizar sobre la amenaza que podría representar para las finanzas públicas el hecho de que los balances de los bancos centrales estén inflados. “Así, ser explícito acerca de qué herramientas sirven para qué propósito y restar importancia al vínculo percibido entre la compra de bonos y las tasas de interés será relevante para que los bancos centrales puedan continuar con una política monetaria que ha demostrado ser exitosa en los últimos años”, sostiene.