Las proyecciones económicas han venido a menos luego de las pérdidas por las protestas sociales de inicios de año, y por el impacto de las lluvias sobre todo en el norte del país.
Según el último informe FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus de abril, el consenso de analistas bajó su proyección para la economía peruana a 2% desde el 2.2% que mantenía desde enero (2.3% en diciembre).
En detalle, 13 entidades, de las 42 de participaron, corrigieron a la baja su proyección en este último reporte. Asimismo, 29 ahora prevén un crecimiento de 2% o menos para Perú, número mayor que en marzo (20) y diciembre (14).
“Es un nivel inaceptablemente bajo para la economía peruana. Ya con este van a ser 10 años que no podemos pasar el 4% de crecimiento (sin contar el 2021, por efecto rebote). El (crecimiento) potencial, lamentablemente, también se ha venido reduciendo, y hoy posiblemente está más cercano al 3%”, apuntó Diego Macera, director de IPE.
En su documento, el consenso mencionó el enfriamiento de la economía en el cuarto trimestre del 2022 debido a un entorno externo más débil y un menor gasto de los consumidores en medio de una inflación más rápida y protestas en todo el país.
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Agregó que es probable que las condiciones económicas se mantuvieran débiles en el primer trimestre, al referir que el PBI se contrajo en enero tras 22 meses de expansión debido a la caída de la producción en los sectores de minería, construcción, comercio minorista, transporte y telecomunicaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), luego de una caída de 1.1% en el primer mes del año, se volvió a tener una contracción en febrero (0.63%) también por la continuidad de los bloqueos de carreteras.
Estimados del Banco Central de Reserva (BCR) señalan que la economía habría estado estancada (crecimiento de 0%) en los primeros tres meses del año, a causa de los conflictos sociales y las lluvias de marzo, por lo que recortó de 2.9% a 2.6% su proyección de crecimiento para este año.
“[...] El PIB debería crecer a un ritmo moderado este año. La inflación rígida, las tasas de interés elevadas y los ahorros agotados pesarán sobre el consumo privado y la inversión. Además, un entorno externo más ajustado debería restringir las exportaciones. Los principales riesgos a la baja se derivan de la intensificación de las tensiones sociales y la incertidumbre política a nivel nacional, y la volatilidad de los precios de las materias primas a nivel externo”, apuntó el consenso.
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¿Pueden corregirse más las proyecciones?
Pablo Nano, subgerente del Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank (entidad que rebajó su proyección de 2.1% a 1.9%), señala que por ahora el panorama de riesgos está balanceado, por lo que no hay algún sesgo en su proyección.
Por un lado, señaló que, en su escenario base, el impacto de las lluvias en sectores como agricultura y pesca se compensaría con los planes de reactivación del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) -Impulso y Con Punche Perú-.
“Corregimos hasta 1.9% por los conflictos sociales en enero y febrero, y por las intensas lluvias en marzo. Consideramos que esta proyección tiene un balance de riesgos equilibrado. Tomamos en cuenta el impacto del factor climático este año, pero también las medidas del gobierno podrían hacer que la ejecución de la inversión pública sea mayor a un típico año de nuevas autoridades subnacionales. Aunque sí es un riesgo, consideramos la conflictividad social en sus niveles actuales, y que tanto el Gobierno como el Congreso se quedan hasta el 2026”, anotó.
Por su parte, Alfredo Thorne, director de Thorne & Associates, quien prevé un crecimiento de 1.5% (proyección mínima del consenso), indicó que si bien los riesgos por fuente política y convulsión social se han disipado, es el golpe al consumo privado e inversión el que haría que su proyección no aumente por ahora.
Manifestó que, a diferencia de lo que espera el BCR, considera que el “rebote” en la actividad económica no sería en en el segundo trimestre del año (el BCR prevé crecimiento de 3% en ese periodo), sino que empezaría a notarse en el tercero o cuarto, y que tendría más impacto en los resultados del siguiente año.
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IPE estimó que la inversión privada cayó 10% entre enero y febrero. Por el lado de consumo privado, el índice big data de BBVA Research (que mide las compras de personas naturales con tarjetas de crédito y débito) tuvo una contracción en marzo.
“Nuestra proyección es un punto medio, hay riesgos hacia arriba y hacia abajo. Respecto a los riesgos a la baja, se han ido disipando, pues los conflictos sociales no se volvieron a retomar con fuerza, y más bien Dina Boluarte se está consolidando. No obstante, lo central es lo que pase con el consumo privado, que espera una fuerte desaceleración y, por el lado de la inversión, una contracción. Si viéramos que esto rebote pronto, en línea con el BCR, entonces tendríamos que revisar nuestra proyección hacia arriba. Además, si bien vemos un mayor gasto público, pensamos que va llegar tarde en el año y apoyaría más al 2024”, apuntó.
Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, afirmó que si bien hay riesgos que se han ido materializando desde que revisaron su proyección (desde 2.5% a 1.9%), como la magnitud del fenómeno El Niño costero, que posiblemente no sea débil, sino más bien moderada (según Enfen), hay otros que podrían compensar el efecto, como una mejor performance, respecto a lo esperado inicialmente, de la economía china, o una menor desaceleración del crecimiento global.
“La magnitud de El Niño es un factor negativo para nuestras proyecciones, pero hay que considerar que, por otro lado, China ha tenido un crecimiento del primer trimestre que superó nuestra expectativa, vino mejor y es favorable para el crecimiento local. Además, cuando corregimos nuestra proyección, se estaba con toda la incertidumbre vinculada a la crisis bancaria en EE.UU., y ahora ha sido contenida, sin descartar otros episodios. Hay elementos que juegan a favor y otros en contra, y se evaluarán para nuestra siguiente proyección de junio”, indicó.
Diego Macera, del IPE, que redujo su proyección para el PBI de 2.1% a 1.9%, señaló que los riesgos de nuevas revisiones a la baja podrían pasar por límites a las operaciones mineras, como sucedió con las escalada de protestas a inicios de año, que alcanzó a San Rafael y Antapaccay.
“Siempre hay riesgos de nuevas revisiones a la baja. A diferencia del año pasado, en que el PBI no primario fue el que jaló el carro, para este año se espera que el PBI primario sea el de mayor expansión (5.1%, según el BCR), con un fuerte impulso minero. Pero esto, por supuesto, es condicional a que las operaciones mineras se puedan desarrollar con normalidad”, anotó.
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Consenso prevé inflación fuera de meta
Según el informe FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus la inflación cerraría en 4.1% en el 2023, nivel por encima del rango meta del BCR (entre 1% y 3% anual).
Pero hay entidades que esperan un nivel incluso superior, como Moody’s Analytics (4.2%), JPMorgan (4.2%), Goldman Sachs (4.6%) y Credit Suisse (4.6%).
Respecto del 2024, la proyección del consenso apunta a que el dato de precios cierre ese periodo en 2.8%, nivel ya dentro de la meta del Banco Central. No obstante, hay analistas que esperan que no haya esa convergencia, en particular los de Rimac Seguros (4%), Oxford Economics (3.5%), Capital Economics (3.4%) y JPMorgan (3.5%).
Dato
- La proyección del consenso de analistas para el crecimiento del PBI en el 2024 es de 2.7%, nivel que se mantuvo igual al reportado en marzo. Scotiabank, por su parte, espera 2.2%, por un impacto de intensidad moderada de El Niño Global.