Como resultado de la aplicación de normas ambientales cada vez más rígidas al sector minero formal, la contracción de las inversiones y el nulo avance en la formalización de este sector, la explotación minera formal cada vez se contrae más.
Sin embargo, al mismo tiempo avanza la extracción informal en el país.
Así lo advierten especialistas del sector minero, que señalan que esa situación se aprecia particularmente en la explotación aurífera, que cada año se contrae más en el Perú, aunque las cifras oficiales -refieren- reconocen el aumento en su explotación informal.
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¿Cómo va la producción este año?
De acuerdo con el último reporte del Minem, en setiembre del 2022 la producción de oro llegó a los 7.9 millones de gramos finos, lo que denota una contracción de 9.3% respecto de igual mes del 2021, mientras de enero a setiembre se contrajo en 0.7%, al alcanzar un acumulado de 70.9 millones de gramos finos (o su equivalente a 2.2 millones de onzas troy).
Miguel Cardoso, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), indicó a Gestión que el Perú ha llegado a producir en los últimos años un promedio anual de 4.2 millones de onzas troy de oro, de los cuales aproximadamente un millón, o un 25%, proceden de mineros informales, según cifras del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
Sin embargo, en el 2005, cuando el Perú llegó a producir 6.5 millones de onzas, se calculaba entonces que entre 300,000 y 500,000 onzas eran de procedencia informal, es decir que en el lapso de 17 años su explotación se ha duplicado, según cifras que dio el especialista.
¿A qué se debe la caída de la extracción formal?
La reducción en promedio anual a cerca de 4.2 millones de onzas, detalla Cardozo, se explica por diversas razones, como la menor actividad de la minería formal, la contracción de las inversiones mineras, las trabas para invertir, en particular en exploración, las menores leyes de mineral y el agotamiento de los yacimientos.
Puso como ejemplo a Yanacocha, en su momento la principal mina aurífera, que llegó a producir más de 3 millones de onzas, pero hoy extrae menos de 300,000.
De hecho, solo en setiembre, refiere el Minem, Yanacocha contrajo su extracción del metal precioso en 44.7%, mientras que mina Poderosa, hoy el primer productor (que en el 2021 desplazó del primer lugar a la primera empresa mencionada), también redujo su actividad extractiva en 0.7%.
Pero a su vez, agregó, el Gobierno incrementó las normas que regulan la actividad y la inversión minera formal, sobre todo en el manejo ambiental, con lo cual hoy puede tomar hasta tres años el obtener permisos solo para hacer exploración, sin contar con la exigencia de realizar hasta consulta previa para esa etapa de la actividad minera.
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Por el lado contrario, enfatizó que el aumento de la producción informal ha evitado que haya una caída en las cifras totales de producción aurífera que registra el Minem, y ello sin contar con la extracción ilegal (del cual no hay registro), y el contrabando de oro peruano que se realiza a través de Bolivia.
No hay proyectos auríferos nuevos en marcha
Por su parte, Carlos Gálvez, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), proyectó que la producción aurífera formal va a seguir cayendo este año, debido a que no hay grandes proyectos nuevos y a que no se está avanzando nada de otros proyectos que estaban en cartera.
El proyecto Yanacocha Sulfuros (de minera Yanacocha) por US$ 2,250 millones, para la construcción de una mina de oro en Cajamarca, que el Minem tenía previsto empezaría a construirse este año, fue postergado hasta el 2024.
A su turno, el presidente de la SNMPE, Raúl Jacob, indicó en general que, a causa del impacto negativo de la inestabilidad política y social en el país, se espera una caída de las inversiones mineras el próximo año de alrededor de US$ 2,000 millones.
“Desde el 2016, año en que se inició un periodo de inestabilidad política en el país, se viene agravando el clima de inversiones. El crecimiento de las inversiones mineras en los últimos años se debió, básicamente, a dos proyectos de gran envergadura, como lo son Mina Justa y Quellaveco. Terminados estos proyectos, se han apagado los motores de crecimiento minero, esperándose una reducción del mismo en los próximos años”, aseveró.
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