La distorsión del valor de la vivienda así como la coyuntura por la pandemia son los factores que han impactado en los precios de los inmuebles en Trujillo, que ahora están a la baja. Según información del Comité de Construcción de la Cámara de Comercio de La Libertad, el precio de los departamentos ahora son hasta 20% más bajos que hace dos años.
Uno de los motivos es que en los proyectos nuevos de vivienda, hay un 20% del stock que no logra venderse rápidamente; además, ha crecido la oferta de inmuebles de segundo uso (el 60% de lo que se compra es usado) que tienen entre cinco y diez años de antigüedad. Pero otra razón es que el valor decreció por la menor capacidad económica y situación laboral de la población.
Solo en Trujillo, según el ingeniero y tasador Arturo Romero, en la zona de San Andrés -el lugar más céntrico de la provincia- el metro cuadrado de una vivienda se cotiza en US$ 1,000 cuando en el 2019 estaba en US$ 1,200.
En el sector de El Golf, el metro cuadrado pasó de US$ 1,150 a US$ 1,000. En tanto, en la zona de California, que tiene una excelente ubicación por la cercanía a colegios y centros comerciales, se cotiza el metro cuadrado en US$ 1,250.
“Lo que sucedió es que las viviendas comenzaron a valorizarse por encima del mercado entre el 2002 y el 2013 por un efecto de especulación; en el 2016 llegó a su pico y desde el 2017 ha comenzado a bajar porque el ingreso de las familias no alcanza. No creo que baje más para el 2022, aunque hay algunas ventas que se hacen al 80% del valor comercial del inmueble”, explicó.
En tanto, los terrenos son los que han comenzado a subir, en línea con lo que está pasando a nivel nacional, anotó Romero. “Hoy cuesta más el terreno que la edificación”. Así, un terreno en Trujillo pasó de valorizarse en US$ 30,000 a US$ 300,000, por poner un ejemplo.
Frente a ello, la población opta por la compra de un departamento. En Trujillo, a diferencia de las regiones del sur del país, abundan los proyectos inmobiliarios de vivienda social. Entre ellos, Lomas de Santo Domingo, con 18,000 viviendas; otro proyecto en Chicama de 6,000 viviendas, además de otro par de proyectos menores con hasta un máximo de 1,000 viviendas, con áreas que van hasta los 100 metros cuadrados, “aquí en la región la gente está acostumbrada a espacios amplios”, resaltó.
¿Y terrenos para comercio? Según Romero, es escasa la compra de propiedades para comercios grandes. Según dijo, no hay a la vista construcciones de nuevos centros comerciales -actualmente Trujillo tiene cuatro, de los cuales dos tienen las plantas altas sin mucho movimiento-, así como tampoco de oficinas, pues se prefiere alquilar departamentos para fines laborales.
Casas de campo
Más que departamentos cerca a la playa, en Trujillo las apuestas son por las casas de campo. En zonas como Quirihuac, Poroto y Simbal, que están a 20 kilómetros de la ciudad, ha comenzado a edificarse viviendas.
“Lo que está sucediendo es que todas esas zonas se están comenzando a revalorizar y ahora el precio del terreno subió 100% en dos años, pasando de US$ 30 el metro cuadrado a US$ 60. La gente va y hace su home-office sin problemas”, anotó Romero.
Finalmente, dijo que el 80% de clientes que adquieren una vivienda en Trujillo son del lugar, pero otro porcentaje menor proviene de regiones cercanas. Hace diez años, llegaban a instalarse personas principalmente de Chimbote (Áncash), Chiclayo e incluso Cajamarca, trabajadores de la minera Yanacocha. “Ahora lo que también se ve son mineros ilegales de la zona de Huamachuco que llegan y compran propiedades enormes”, detalló.