Hace casi tres décadas atrás, Perú era uno de los principales exportadores de algodón del mundo. Hoy no lo es más. En cambio, exporta textiles elaborados en casi un 80% con insumos importados. Este 2022, sin embargo, podría ser un poco diferente. La alta demanda que registra la industrial textil en el país por los crecientes pedidos que llegan desde Estados Unidos alentaría a una mayor producción de algodón en el norte y en Ica, al sur de Lima.
Exportadores textiles de Lima han llegado a los valles de Lambayeque y Piura, así como a Ica para negociar contratos con los productores para asegurarse la materia prima este año. Solo en la región del sur, hasta cuatro empresarios de Gamarra han ofrecido pagar S/ 300 por el quintal de la variedad Tangüis (antes el precio era hasta S/ 250), dijo Mario Ramos Cabrera, presidente de la Asociación de Productores de Algodón APAL-Ica, en diálogo con Gestión.pe.
Esta situación la confirma también Franklin Suárez, especialista de la cadena del algodón del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), quien informó que los empresariados agremiados en la Asociación de Exportadores (Adex) y la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) han expresado la necesidad de que se cultive en el país por lo menos 8,000 hectáreas de algodón de fibra extra larga para cubrir parte de la demanda.
Este creciente interés revertiría así las tres últimas campañas que ha tenido el Perú respecto a la producción del vegetal, las cuales venían cayendo. Solo en la campaña 2020-2021 se redujeron las áreas de algodón en 8,000 hectáreas.
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Triplican áreas
En Piura, principal región productora de la variedad Pima, que es reconocida por su calidad a nivel mundial, se cosecharon 800 hectáreas en la última campaña. Para este año, cuya siembra se inicia en abril, alcanzarían las 3,000 hectáreas: 2,000 de la variedad Pima y el resto de Pima 95 (que es un algodón de fibra extra larga), informó Suárez.
“En esta campaña 2021-2022 las áreas se están incrementando según variedades. En la zona de Nazca, Palpa y Valle de Ica, cuya siembra va de mayo hasta setiembre, se incrementaron las áreas. En Chincha y Pisco, que tienen más variedad Tangüis y suelen sembrar entre agosto y noviembre, he visto hasta hace pocos días que siguen instalando parcelas. En Lambayeque también se están triplicando las áreas, pero todavía no se llega al nivel que la industria quisiera”, detalló.
En suma, solo en algodón fibra extra larga (principalmente Pima), entre el valle de Cañete, Lambayeque y Piura, se estarían sembrando alrededor de 4,500 hectáreas. Suárez no pudo precisar cuánto se sembrarían en total de Tangüis; no obstante, dijo que se trabajará junto con el Programa de Compensaciones para la Competitividad - Agroideas en la reconversión de cultivos en la zona del norte para que se habiliten más áreas de algodón que de arroz.
Preocupación por precios
Aunque los altos precios que se ofrecen por el algodón suenen atractivos para los pequeños productores, Mario Ramos, de la APAL-Ica mencionó que los agricultores tienen cierta desconfianza de que se mantenga estable.
“El cultivo de algodón es tedioso y se necesitan doce meses para recién ver ingresos por la venta. Necesitamos que el Ministerio de Agricultura nos asegure que los precios estarán estables para poder endeudarnos con la banca privada y sembrar un poco más; sin embargo, también estamos expuestos a la volatilidad del dólar y el alza del precio de los fertilizantes”, mencionó.
Por su parte, Suárez señaló que si bien el precio del algodón podría ubicarse incluso por encima de los S/ 320 el quintal de la mejor variedad, “nos preocupa que algunos comerciantes no paguen como debe ser”.
Pese a ello, mencionó que hasta diez empresas agremiadas a Adex mostraron su interés para financiar nuevas áreas de algodón, sin embargo, ahora se hará a través del Fondo AgroPerú que administra el Agrobanco.
“Estamos en vía de aprobar un plan de articulación entre el ministerio, agricultores y empresas para elevar la producción algodonera nacional, los productores tendrán financiamiento y, de esa manera, podrán acceder a contratos con precios mínimos que le den garantía al agricultor”, enfatizó.