El bienestar de las familias en el país se relaciona directamente con las condiciones de empleo que hay en el mismo. En el Perú se ha retrocedido en la calidad de los puestos de trabajo en los últimos años, según un índice clave.
El índice de calidad del empleo, publicado en un reciente reporte del Banco Mundial con datos hasta el 2021, expuso que Perú, y países como Bolivia, Colombia y Panamá, experimentaron las caídas más agudas en comparación con el resto de la región.
“Esto implica que los trabajadores de esos países enfrentan un mayor nivel de vulnerabilidad y están más expuestos ante cualquier shock”, señala el documento.
El índice contempla dimensiones como ingreso, satisfacción, beneficios y seguridad. Perú tiene niveles más bajos que antes de la pandemia (2019), aunque sobre todo en los dos últimos criterios.
¿Por qué cae la calidad del empleo en Perú?
“Los indicadores recogen la precarización que hubo en el mercado laboral, y el deterioro que se mantiene frente a lo que era prepandemia. En el 2022 debieron mejorar un poco frente al 2021, pero estando aún por debajo del 2019. La calidad del empleo en Perú es baja, pese a que se mejoró algo el año pasado”, apuntó Yohnny Campana, economista asociado de Macroconsult.
El economista señaló que, tanto el indicador de beneficios como el de seguridad que recoge el índice, están relacionados con la informalidad que se ha incrementado en el país.
La tasa de empleo informal se ubicó en 76.8% en el 2021 y pasó a 75.7% en el 2022, nivel aún por encima del 72.7% del 2019. Países como Colombia (57.3%), Ecuador (66.5%), Argentina (47.3%), Paraguay (66.8%), Chile (27.2%) y Brasil (35.4%) están actualmente por debajo de Perú.
“Son indicadores alineados con el aumento de la informalidad. Por un lado, el componente de seguridad contempla si el trabajador tiene un contrato, y el tiempo de permanencia en el trabajo, que son dimensiones de la informalidad. El indicador de beneficios, por su parte, contempla el que se tenga seguro de salud o el estar en el sistema previsional, lo que también se ve deteriorado con la informalidad”, dijo Campana.
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En la misma línea, Claudia Sicoli, directora de la carrera de Economía de la UPC, señaló que las condiciones actuales de la economía, con una mayor prevalencia del empleo informal frente al 2019, se alinean con la pérdida de calidad que señala el índice. En el 2022 no debió haber gran variación, indicó.
“Muchas personas que en el 2019 tenían un empleo formal o de calidad, en el 2021 y 2022 ya no lo tuvieron. Esto implica que afronten reducciones de horarios y de beneficios sociales como jubilación, atención médica, remuneraciones y continuidad laboral. Esto es lo que señala el Banco Mundial”, manifestó.
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Calidad de empleo en Perú no mejoraría en el 2023
Campana no espera que haya grandes mejoras en el índice en el 2023 respecto del año pasado, debido al bajo dinamismo que se espera para la economía. En comparación con el 2019 no habría una recuperación en la calidad del empleo, en línea con lo previsto por otros analistas.
“Podría haber una mejora leve o un estancamiento frente al 2022. Tendremos un proceso lento de recuperación hacia el 2019, pues la informalidad se mantendrá. Perú, teniendo en cuenta su nivel de PBI per cápita, debería estar con una tasa de informalidad menor y cercana a pares como Colombia, alrededor del 55%. Estamos muy por encima, y hay ciertas normas en el país que dan incentivos para tener planilla informal, como el reparto de utilidades si la empresa tiene más de 20 trabajadores, o esquemas tributarios que permiten tributar sobre las ventas y no sobre utilidades”, precisó.
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Sicoli, por su parte, acotó que no espera una mejora en los indicadores, pues mencionó la desconfianza de los agentes privados para realizar inversiones (confianza de las empresas es pesimista desde hace 24 meses), lo que redunda una nueva caída de la inversión privada, motor del empleo formal.
“Se estaría incorporando, por las empresas, una política de no incluir nuevos empleados, y eso nos hace estar en niveles de empleo informal altos y rígidos. No hay una política orientada para mejorar el empleo formal, y es uno de los grandes problemas en el corto y mediano plazo”, anotó.
Advirtió que la implementación de la Agenda 19, en particular las restricciones a la tercerización, han complicado el escenario para formalidad. “Estamos regulando a un nivel muy alto el mercado laboral; eso genera dificultad para que las personas ingresen a este y, por lo tanto, no baje la tasa de informalidad”, expresó.
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Subempleo y empleo formal en Perú
La población con empleo adecuado alcanzó los 9.2 millones de personas en el 2022, un 8.8% por encima del 2021. No obstante, disminuyó en 3% (283,400 personas) respecto del 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En tanto, la población subempleada, según la entidad estadística, alcanzó 8.4 millones, inferior en 1.3% respecto del 2021, aunque 12% por encima (906,700 personas) de la prepandemia.
Además, la tasa de empleo formal se ubicó en 24.3% en el 2022, registro superior al del 2021 (23.2%), pero menor en tres puntos porcentuales al que se tuvo en el 2019 (27.3%). Esta variación respecto de la prepandemia, responde sobre todo al empleo en la zona urbana, donde la tasa de formalidad bajó de 33.6% (2019) a 29.5% (2022), en contraste con el área rural, en la que la tasa no cambió significativamente.