
El Perú incumplirá, una vez más, su regla de déficit fiscal en este año. El Instituto Peruano de Economía (IPE) estimó que el déficit será de 2.5% del Producto Bruto Interno (PBI), cuando el Gobierno estima que acabe en un 2.2%.
Esto se enmarca en un contexto donde, apuntó el IPE, la falta de una consolidación fiscal se mantiene como la principal fuente de inestabilidad macroeconómica ante el continuo incumplimiento de las reglas fiscales.
“El IPE proyecta una reducción del déficit a 2.5% del PBI al cierre del 2025, explicado por los ingresos transitorios por regularización del impuesto a la renta, las transferencias de utilidades de empresas públicas, y el pago extraordinario de resoluciones de determinación y multa impuestas por la SUNAT. Pese a ello, el ajuste del gasto público no sería suficiente y el déficit se mantendría aún por encima de la meta vigente de 2.2%”, anotaron.
Para el siguiente año, el panorama fiscal continuaría siendo adverso. Ante la disipación de los ingresos extraordinarios anteriormente mencionados y la desaceleración del crecimiento económico, se afectaría la recaudación, mientras que se presentan riesgos al alza sobre los gastos. Esto, explicado en los mayores recursos por Foncomun que recibirán los gobiernos locales y un probable nuevo rescate financiero a Petroperú.
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“Asimismo, la aprobación de incrementos salariales continúa generando presiones sobre las finanzas públicas: al 2026, el presupuesto público en remuneraciones, componente con alta rigidez, se habría incrementado casi 50% solo entre 2023 y 2026”, mencionaron.
Con este escenario, el déficit fiscal en el 2026 sería de 3.1% del PBI, proyectó el IPE. Sumando este resultado y al considerar las reglas vigentes, se acumularían cuatro años consecutivos de incumplimiento de la regla de déficit fiscal y el peso de la consolidación fiscal recaerá sobre el nuevo gobierno.
Perspectiva para la economía peruana
El IPE mantiene sus proyecciones sobre la economía peruana en 3.2% para 2025 y revisa ligeramente al alza a 2.4% en 2026 (antes 2.2%). En detalle, para este año, se eleva la proyección de la inversión privada de 6% a 7.6%, en línea con el desempeño favorable registrado en el primer semestre.
“Ello compensaría el ajuste que se viene presentando en la inversión pública y el menor crecimiento de las exportaciones. Para el 2026, se mantiene el pronóstico de desaceleración económica en un contexto de incertidumbre electoral, acentuada por el elevado número de partidos políticos participantes y las modificaciones electorales, como el retorno a la Bicameralidad, introducidas en los próximos comicios”, refirieron.
De esta manera, se tendría un freno en la actual recuperación de la inversión privada, la cual tendría un crecimiento nulo en 2026.
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