Luego de un crecimiento sorpresivo de 3.44% en el mes de junio, la economía peruana tuvo una fuerte desaceleración en julio pasado al crecer solo 1.41%. Este resultado está en línea con los estimados para el segundo semestre, en que se prevé un crecimiento más débil del producto bruto interno (PBI).
Hay dos sectores claves que han influido en esta desaceleración de la economía: la minería y la agricultura. En ambos casos se ha registrado una caída en su producción en el séptimo mes del 2022.
De acuerdo con la información presentada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la minería tuvo una caída de 6.16% en julio último, la segunda contracción más alta del año. Y es que de los siete meses que ya fueron medidos en el 2022, en cinco de ellos este sector tuvo resultados negativos. (ver gráfico)
Este resultado estuvo influenciado por dos hechos. El primero es que aún persiste la conflictividad en torno a las zonas de influencia de las operaciones mineras. Según el Reporte de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, de los 131 conflictos socio ambientales activos y latentes registrados en julio del 2022, el 66.4% (87 casos) corresponde a conflictos relacionados a la actividad minera, siete casos más que en julio del 2021, los que se concentran en los departamentos de Cusco y Apurímac.
Además, en julio último se suscitó un nuevo conflicto socio ambiental entre la comunidad campesina de Carmen Alto del distrito de Challhuahuacho, provincia de Cotabambas, región de Apurímac y la empresa minera Las Bambas.
Un segundo hecho que impactó en la baja de la producción minera es que ahora existe un menor tonelaje procesado en las plantas concentradoras, aunado a baja ley en los minerales tratados.
De esta manera, se registró menores niveles de producción de cobre (-5.78%) y molibdeno (-15.52%), ambos con un aporte negativo de 3.99 puntos porcentuales al resultado consolidado del sector.
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Agricultura en caída
El otro sector que fue clave en la desaceleración de la economía de julio fue el agrícola, que decreció por segundo mes consecutivo. Ya en junio había caído en 2.88% y un mes después la contracción fue ligeramente superior al llegar a 2.99%. (ver gráfico)
Aquí se viene cumpliendo la advertencia realizada por diversos especialistas respecto de la falta de fertilizantes: hay menores niveles de superficie sembrada. En julio terminó la campaña agrícola 2021-2022 y la previsión para la siguiente campaña 2022-2023, que se inicia en agosto, es que la reducción de áreas cultivadas sea aún mayor. Esto, en medio de la cancelación de compra de fertilizantes por parte del Gobierno y el anuncio del denominado “Fertibono” para los pequeños agricultores.
A esta situación se añaden las desfavorables condiciones climáticas. En la costa hubo episodios de lluvia por mayor concentración de humedad, lo que se condice con el estado de alerta de La Niña Costera. En la región andina se presentaron lluvias poco significativas o nulas y en la amazonía predominaron temperaturas mínimas sobre sus rangos normales, presentando noches entre cálidas y extremadamente cálidas en forma consecutiva.
Con todo ello, hubo un decrecimiento en la producción de arroz cáscara (-22.04%), papa (-23.7%), espárrago (-29.24%), maíz amarillo duro (-16.80%), páprika (-43.79%), trigo (-12.18%) y cebolla (-18.96%).
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Opinión
La desaceleración es muy rápida
Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research Perú
El crecimiento del PBI en el mes de julio fue más bajo del esperado por el consenso. Pero además de eso hubo sorpresas, pues no solo hubo contracción en los sectores primarios como la minería y el agro, sino un menor crecimiento en los no primarios.
Sorprendió la manufactura no primaria por su menor crecimiento, sobre todo lo que es producción de bienes consumo y de capital que está ligado al consumo y la inversión. También en el sector comercio, la parte de ventas retail que creció solo 0.8%.
Si se observa el análisis del crecimiento desestacionalizado (que compara el crecimiento con el mes mes previo), que permite hacer un seguimiento secuencial, se ve una contracción de 0.8%, que borró lo que pasó en junio, en que hubo un resultado positivo.
La desaceleración viene siendo muy rápida. No es gradual. Tan es así que cuando se mira el dato anualizado, que cerró el 2021 en 13.6% y llegó a 14% en febrero y marzo, actualmente está en 4.54%. Se ha desacelerado muy rápido el crecimiento.
Si a eso le sumamos los datos prospectivos, que indican cómo pueden venir las cosas hacia adelante, como la confianza empresarial, que está en niveles similares a la crisis financiera del 2008 y 2009; o la confianza del consumidor, que se ha mantenido dos meses consecutivos en el mínimo histórico, esto anticipa una desaceleración del gasto privado.
Si la economía no creciera nada más en lo que resta del año, el crecimiento del 2022 sería 2.2%, que está muy en línea de nuestra proyección actual que es de 2.3%. El consenso ha ido moviendo sus estimados a la baja. Los datos están reafirmando ese escenario.
Claves
Impacto. El sector minería e hidrocarburos le restó 0.67 puntos porcentuales al crecimiento de la economía en julio y el agrario, 0.09 puntos.
Positivo. Los servicios fueron los que más contribuyeron al crecimiento del PBI, al aportar 0.78 puntos porcentuales al resultado de julio.
Avance. El sector de alojamiento y restaurantes mantuvo su dinamismo al crecer 19.56% en el mes en cuestión.
Cifra
3.22%
Es el crecimiento acumulado de la economía entre enero y julio, cifra ligeramente menor al 3.5% que se alcanzó en el primer semestre del año.