Angel Gurría se dirigió a los países de la eurozona con el mensaje de que “éste es el momento” para poner en común emisiones de deuda. (Foto: EFE)
Angel Gurría se dirigió a los países de la eurozona con el mensaje de que “éste es el momento” para poner en común emisiones de deuda. (Foto: EFE)

La prioridad económica en la crisis del coronavirus es la misma que la sanitaria, atajar el contagio, según el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, quien, frente a un discurso que está tomando cuerpo, insiste en que hace falta más globalización y más multilateralismo.

“La globalización no es lo que falló. Lo que fallaron fueron las políticas nacionales de algunos de los países, en este caso prácticamente de todos, porque nos pilló mal preparados para esto”, señala Gurría.

El exministro mexicano entiende que en un principio cada país haya intentado atender sus emergencias por su cuenta, pero pide que se miren las cosas con perspectiva y se vea que la pandemia plantea “un problema simultáneo”: la propagación del virus y sus consecuencias en el terreno económico.

Esa complejidad justifica, a su parecer, la necesidad de “un gran orden, una gran solidaridad, y que se refuercen mutuamente las medidas que toma uno y otro país”, así como coordinación dentro del G7, del G20 y de la Unión Europea (UE).

Deuda en la Eurozona

Gurría se dirige a los países de la con el mensaje de que “éste es el momento” para poner en común emisiones de deuda, que sería importante “no solo para apoyar a aquellos que lo necesitan más, sino porque sería también un paso para la integración europea” que beneficiaría a todos.

Recuerda que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) se planteó como un fondo de rescate sometido a una serie de condiciones macroeconómicas que no tienen razón de ser, ante una crisis sanitaria de la que los países por ahora más afectados, como Italia y España, no son responsables.

Por eso prefiere como alternativa “un instrumento nuevo en el que se comparten los riesgos, con el que todo el mundo gana y en el que la solidaridad se vuelve muy práctica”.

La única condición de ese mecanismo tendría que ser que el dinero se dedique a atajar los problemas de esta crisis de la Covid-19.

Gurría dice que no quiere caer en predicciones catastrofistas y está convencido de que, aún en caso de que no haya un compromiso sobre los llamados “coronabonos” -un nombre que no le gusta-, la UE no desaparecerá. Pero “se pierde una oportunidad, y las oportunidades perdidas van en el lado del pasivo del balance”.

Prioridad económica

La ha calculado que cada mes de confinamiento restará dos puntos porcentuales de Producto Bruto Interno (PBI) al crecimiento que se podía esperar hasta entonces, pero eso no quiere decir que haya que precipitarse para abandonar esas medidas.

Gurría repite que “el debate entre economía y salud o entre salud y economía es totalmente falso. Mientras más rápido terminemos con el virus, más rápido podremos reparar los daños que ha causado”.

Y “si el confinamiento es la mejor forma, habrá que insistir en él. Tendrá unas consecuencias en costes. Serán altos, pero son para evitar costes todavía mayores. Y estamos hablando no sólo en términos de vidas, sino en términos económicos”.

El secretario general de la OCDE advierte de que mientras la epidemia esté fuera de control, van a persistir las incertidumbres económicas, tanto en las grandes economías europeas como en Estados Unidos o en Japón.

Disyuntiva en Latinoamérica

Recuerda que los países europeos, con sistemas de protección social, están recurriendo de forma masiva a los dispositivos de paro parcial (también conocidos como ERTE), que para él tienen la ventaja de mantener el vínculo entre el trabajador y la empresa.

En Estados Unidos, desde siempre “la flexibilidad económica es lo más importante” y la consecuencia ahora es que los empleados de empresas sin actividad se están quedando masivamente sin su puesto de trabajo, abocados a los subsidios de paro, que según los datos difundidos este jueves superan ya los 16 millones de trabajadores estadounidenses.

En América Latina, como en otras regiones en desarrollo, el “drama” es que no existen los ingentes recursos que harían falta para la protección social de la población en situación de confinamiento ni los sistemas de salud de países ricos.

Con una tasa de empleos informales de 45% de media en Latinoamérica, de 60% en México o de 90% en India, “el problema es que tienen que salir a ganarse el pan de cada día. Viven al día”. Y la disyuntiva allí es que “se esté sustituyendo el virus por el hambre”, añade.

Gurría ve prematuro sacar conclusiones sobre si Italia o España, muy afectados sanitariamente por la epidemia, también serán los que más sufran a nivel económico.

"Ciertamente serán afectados", reconoce, pero no se puede predecir la evolución de la pandemia y además en ambos casos "se empiezan a ver algunos elementos alentadores" en una tendencia a la estabilización.

Añade, eso sí, que en Europa Alemania da muestras de disponer de una “infraestructura de salud que estaba mejor preparada para manejar esta cantidad de pacientes tan grande”.